Por Rafael Fernández
El Partido Revolucionario Dominicano, tiene en sus
haberes un prontuario lastimero, que si lo investigamos, llegamos de manera
fácil a una conclusión que quizás los dirigentes de este instrumento
democrático del pueblo dominicano, no quisieran escuchar, y mucho menos leer.
La fundación del Partido Revolucionario Dominicano
se remonta al 21 de enero del año 1939, en la Villa de El Cano, cercana a La
Habana, Cuba.
En esa fecha se trató el asunto de la formación del
PRD, cuyos fundadores fueron Enrique Cotubanamá Henríquez, Ángel Miolán,
Nicolás Silfa, Juan Isidro Jiménez Grullón, Juan Bosch, Virgilio Mainardi
Reyna, Lucas Pichardo y José Manuel Santana (Pipi), y Telma Frías. Desde su
organización ha sido dirigido bajo el esquema de los partidos de Centro Izquierda
y a partir del año 1970, asumió la socialdemocracia, como ideología y corriente
política, bajo la dirección del doctor José Francisco Peña Gómez, cuando pasó a
formar parte de la Internacional Socialista.
Este partido, que arribó a sus 74 años de fundado,
está como si fuera un campo de minas explosivas, sus dirigentes entienden que
hay que levantar siempre una lucha titánica a brazo roto para poder colocarse a
como dé lugar en la presidencia de la organización política.
Esto así, por la lucha de clase y el poderío
económico, o el poderío partidista que representa en la sociedad dominicana ser
presidente o líder de la oposición.
Miguel Vargas y don Hipólito Mejía piensan en lo
mismo, los dos quieren tener la dinastía del PRD a como dé lugar, pero no
piensan en que estos actos empañan la imagen de la República Dominicana a nivel
nacional e internacional.
Claro está, Miguel Vargas Maldonado, tiene más comedimiento y es más sensato que
don Hipólito Mejía, sólo con el hecho de venderse como el “guapo de Gurabo”, le resta de manera estrepitosa sus ideas de
manejar esa organización política, parte de la balanza democrática de nuestro
país.
El pueblo debe tomar y colocar en una balanza a
estos dos políticos, y seguro que resultará que los que quieren la paz, la
tranquilidad, el sosiego, el comedimiento, las ideas, el buen juicio, optarán por continuar con Miguel Vargas
Maldonado.
En cambio, quienes quieran y deseen el desatino, la
burla, la grosería, el desplante, los boches, el “dime y te diré”, y las
rebatiñas, optarán por don Hipólito Mejía Domínguez.
Quien o quienes no estén con la verdad científica,
no estarán a favor de la razón y el bien, por lo tanto no debemos escucharlo y
ni aceptar sus posiciones ante el pueblo.
El autor es periodista y estudiante de derecho.
Hasta la próxima entrega.
Hola colega, nunca he sido partidario de don Hipólito Mejía, pero de ahí a considerar a Miguelito como con más comedimiento que el ex presidente es estar sobre las nubes hermano. Observe que éste señor se ensañó contra una mujer, a tal punto de no dejarla entrar al local de la organización (para mí eso es ser un ser ruín hermano), solo porque no le perdona que era del grupo de él y se le fue, aparte de eso, déjeme decirle colega que un hombre que habla de institucionalidad, sin embargo, "enjuicia" en su "tribunal disciplinario" a los que luego expulsa, pero no los deja entrar a defenderse. Para hacer análisis, hay que despojarse de prejuicios colega, Hipólito no es de mi simpatía, pero hasta ahora ha demostrado más comedimiento como usted dice, pues está dispuesto a marginarse del asunto con tal de que se llegue a una solución del conflicto, mientras que Miguel Vargas, aun persiste en su estupidez, precísamente por lo que usted mismo señala en una parte de su análisis, por presidir un partido como el PRD, que representa una gran entrada para sus propósitos hermano y eso él quiere hacerlo a como de lugar. ¡Seamos más observadores en nuestros análisis!
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