Y se convirtió el parque en pista
de baile al ritmo de la banda municipal, que con su Arroyito Cristalino le dijo
a mas de una que sacaran sus sonrisas a pasear y mostraran su cadencia a ritmo
de merengue, tocaron los acordes en violín
las jóvenes de mi pueblo y sonaron con Tambores atabales de raíces africanas que
con Anaisa nos llevaron a los Olivos, y llegaron los colores del pambiche y a
bailar los jóvenes del Folclórico que con más de 40 parece aun de 21 y se desató
la palabra, que llama a leer, conocer , a explorar, a descubrir, a salir de las
paredes del silencio y la ignorancia.
San Cristóbal Lee 2.0, joven y
atrevida, novedosa por demás, con Guigni y Miguel, con Marcial, Niurka y tantos
más, que llenaron de cultura el aire de una ciudad que necesitaba respirar y
respiró y demostró que si se pueden tener espacios alternativos a la bulla, el
ruido, la bebentina, las malas palabras y los insultos.
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