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Mercedes Paulino |
Tratar de defender lo que no tiene
defensa es un grave error en la comunicación, defender lo que no necesita defensa
no debe ser el papel nuestro en este medio, sin embargo cuando las
circunstancias lo demandan, salir en defensa de la honra de una persona a la
que conocemos y por la cual estaríamos dispuesto a arriesgar nuestra
credibilidad es y será siempre un alto honor, fuera del deber de informar.
Después de pasado el 16 de Agosto
2014, muchas voces se han levantado en nuestra provincia reclamando la presidencia
de la sala capitular para una u otra de las planchas que terciaron en la
elección del nuevo equipo que dirigirá las actividades en la sala capitular de
nuestro ayuntamiento, las acusaciones como tal carentes o no de argumentos son
comunes en nuestro medio siempre que se realizan elecciones, no podemos olvidar
aquella frase de nuestro actual presidente Danilo Medina Sánchez “Me venció el Estado”, para definir su derrota en el 2007 en
la convención de su partido.
En nuestro día faltan en nuestra
provincia personas que ligadas a la política sean también un ejemplo como seres
humano, en esta sociedad donde hace falta transparentar el quehacer político,
la dignidad de una señora como doña Mercedes nadie la puede poner en dudas, su
hoja de servicio está ahí, sus posiciones para evitar bellaquerías en el
ayuntamiento están ahí, su seriedad en todo su accionar está ahí, su valor para
enfrentar la corrupción está ahí. Parece ilógico tratar de ensuciar el honor de
personas como doña Mercedes, empleando para esto no solo epítetos burdos y soeces,
si no llegando a acusar de acciones inmorales a personas que tienen una
dilatada y aquilatada hoja de servicio en su comunidad, barrio, sector o
ciudad, pero la desesperación los ha llevado hasta eso.
Resulta que cuando las
acusaciones son hechas contra una persona a quien conozco hace unos treinta
años, la cual es madre de seis hijos cuatro de los cuales son mis amigos,
compañeros y rivales de partidos de Fútbol, no puedo quedarme como quien ve
pasar frente a su casa el cadáver de un desconocido, esta señora quien hoy es concejal
en nuestro ayuntamiento, es primero que eso la madre de Juanito, de Huáscar, de
José, de Nino, de Soraya y de Mercedes María, a Ella la conocí al lado de una cafetería
frente a la primaria del Instituto Politécnico Loyola y con sus hijos Jugué y
de ellos me hice amigo y con ellos aprendí a respetarla.
Hoy cuando desaprensivos de
nuestra política local quieren ensuciar su nombre y manchar su honor, yo no
puedo permanecer indiferente, no sería coherente con la amistad, el cariño y el
respeto que siento hacia estos extraordinarios hijos que Ella alimentó, educó y
desarrolló bajo su responsabilidad, no es correcto descalificar a quien trata
de ofender usando sus propios términos, por lo que solo digo que si en esta
provincia existe un mínimo de honor entre los políticos, entonces todos están llamados
a defender y apoyar a doña Mercedes, a defender su honra y a solicitar que paguen
en la justica quienes de manera tan vil han tratado de ensuciar su nombre.
Por doña Mercedes, en mi nombre y el nombre de los
amigos de sus hijos exigimos que no se limite a una simple excusa, No, en su
caso exigimos que se someta y pague en la justicia quien ha cometido y quien
pueda estar detrás de este acto cobarde de tratar de dañar su honor, nosotros
que sabemos bien quién es usted doña Mercedes y le recordamos que no está, ni
estará sola, porque la justicia divina se ha de aplicar si no se aplica la
justicia de los Hombres.
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