jueves, 16 de octubre de 2014

Haití sigue sin eliminar el hambre

Foto fuente externa
Instituto internacional de investigación sobre política de alimentación (IFPRI) ha dado a conocer las cifra que se desprenden de las investigaciones que ha realizado sobre el hambre en el mundo 2014, donde 805,000.000 ochocientos cinco millones personas alrededor del mundo sufren hambre, una cifra que demuestra el fracaso en la lucha por la desigualdad propuesta en los objetivos del milenio para el 2015.
A pesar de que el hambre en el mundo desde el año 1990 ha sido reducida en un 39%, esto es unos 100 millones de personas han dejado de padecer hambre o hambre extrema, sin embargo los datos no admiten dudas “Estamos lejos de los objetivos del milenio”-
Un total de 26 países han reducido su hambre en por lo menos un 50%,  Angola, Bangladesh, Camboya, el Chad, Ghana, Malawi, Níger, Rwanda, Tailandia y Vietnam son los países que mejor han combatido el hambre.
Las cifras del promedio mundial ocultan sin embargo, grandes diferencias entre regiones y países. Basta ver los casos de  Eritrea y Burundi, donde existen 14 países en los que la situación es calificada de “alarmante”, todos en el África Subsahariana excepto Laos (Asia) y Haití (América). Sin embargo, la región más azotada por el hambre es también una de las que han presentado mejoras más notables. Todos los países avanzan por el buen camino excepto Swazilandia y Burundi (y en el resto del mundo, Irak y Comoros). El informe matiza que los datos de República Democrática del Congo y Somalia no son muy fiables.
El sur de Asia, que es la otra región donde se mantienen niveles más altos de hambre, también los ha reducido considerablemente desde 1990. La principal causa de mejora fue el tratamiento a los niños con un peso inferior al normal.
Para el cálculo de los datos en  120 países se han utilizado tres indicadores:
1- La proporción de gente malnutrida
2- La proporción de niños menores de cinco años por debajo del peso adecuado
3- La tasa de mortalidad por debajo de tal edad
También se ha tomado en cuenta lo que llaman "Hambre oculta". Es decir, la malnutrición, la deficiencia de macronutrientes y vitaminas esenciales en la alimentación, que afecta a 2.000 millones de personas en el mundo. Estas carencias pueden tener efectos irreversibles en la salud a largo plazo y afectar al desarrollo socioeconómico de los países mismos.
Las soluciones que propone la IFPRI para luchar contra este tipo de hambre son, por un lado a largo plazo: diversificación en los alimentos, mejoras en los cultivos y el fomento de un cambio de hábitos en las sociedades que lo padecen. A corto plazo propone aportar minerales y vitaminas a los territorios que los necesiten.
“Es posible acabar con el hambre en todas sus formas. Ahora este objetivo debe convertirse en una realidad”, dice el informe.

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