Por Gabriel
Lorenzo Casilla
Lo que hoy se califica de corrupción, antes se
consideraba normal, que un inspector de control de precios de artículos de
primera necesidad se presentara a un negocio y sin que el dueño del negocio
estuviera en falta le pasara un billete de diez pesos o más, era algo normal, o
que cualquier funcionario nombrara un pariente en un cargo, era normal que
sucediera esto, si un funcionario calificado de político, después de ganar el
partido recompensara a sus seguidores con cargos en la institución donde fuera
nombrado esto no resultaba criticado por la prensa o por la famosa sociedad
civil.
Con el correr del tiempo en la medida que la política
deja de ser ciencia pura como decía o creía JUAN PABLO DUARTE, hoy cargada de
mentiras, de maldades y de una gran dosis de bellaquerías, caso que sucede
porque la mayoría de los políticos carecen de buenos sentimientos y su mayor
interés es ascender socialmente, tener o aparentar que tiene poder dentro de
los estamentos del ESTADO, cosa esto que le abre puertas en sus aspiraciones de
político. En mí país, que es el suyo también tenemos que estar claros que los
ricos de aquí, son producto de la facilidad que les proporciona el ESTADO, ya
por contrabando, por no pagar los impuestos al fisco, o por vender a sobre
precios los productos de su negocio.
Los políticos de la oposición critican a sus homólogos
peledeístas que entraron en chancletas y hoy tienen riquezas que no pueden
aclarar su origen, pero esos mismos que hablan tal cosa, hicieron lo mismo
cuando gobernaron el país, sin embargo, hoy sin el mayor rubor se quieren
presentar como los honestos, los intachables. El principal generador y explotador lo es el
ESTADO, que a un profesional lo pone a ganar un sueldo miserable y pone en
sus manos la responsabilidad de administrar millones de pesos. Hoy todavía hay cientos de ingenieros y
arquitectos percibiendo sueldos miserables y los ponen a aprobar proyectos
millonarios.
Sí no fuera por lo que hoy se llama actos de
corrupción, los empleados del ESTADO, más del ochenta por ciento de los que
están montados, estuvieran a pie, sin casas y con sus hijos fuera de las
escuelas y las universidades. La
seriedad y la honestidad son la otra cara de la miseria y la pobreza en la que
estamos anquilosados todos los que hemos creído y hemos sido el lomo de
los llamados corruptos.
¿Es que yo comulgo con la corrupción? Claro que no, lo
que quiero decir, es que en un ESTADO explotador y generador de pobrezas, no
puede imperar otra cosa que no sea lo que nos toca vivir.
Durante los treinta y un años de la dictadura de
TRUJILLO, acumularon riquezas que luego retornaron de nuevo al ESTADO
DOMINICANO, y así será en el futuro, las riquezas que tienen hoy muchas
personas retornaran al ESTADO. Creo que
aquí todo se exagera y lo que hoy se ve como corrupción no es otra cosa que la
desorganización del ESTADO DOMINICANO. Pienso que en el porvenir todas
las cosas serán diferentes.
Cuando sea creado un marco jurídico serio y
responsable, las cosas serán diferentes, el sistema que tenemos ha permitido al
país crecer económicamente en todos los sentidos, ha crecido el presupuesto del
ESTADO, ha crecido la educación en todos sus niveles, para el año mil
novecientos sesenta y cinco la principal universidad del ESTADO tenia cinco mil
estudiantes y hoy cualquier centro de esta universidad tiene esa cantidad de
estudiantes, claro que me refiero a la UASD. En la lucha por el medio millón, la jornada más grande
en cuanto se refiere al movimiento estudiantil que se haya dado en la R.D., la
población estudiantil de esa época éramos cinco mil estudiantes, hoy el
presupuesto de la UASD, supera con creces lo que se requería en ese tiempo.
No es tan fácil administrar al ESTADO, si nos llevamos
de los llamados opositores, ellos dicen que hay desempleo y atacan al gobierno de
turno, sin embargo, se quejan de que las instituciones están llenas de
botellas, es decir, de personas que cobran sin trabajar, cuando el CEA tenia
sesenta mil trabajadores, la oposición no cesaba de criticar al gobierno de
turno, ahora lo critica porque el Consejo Estatal del Azúcar ha desaparecido y
con él, decenas de empresas del ESTADO.
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