Por María Victoria Ureña
La revelación realizada por los gobiernos de Haití y República Dominicana
que involucra al coronel retirado Pepe Goico, no debe verse como una
denuncia simple y alegre con el fin de llenar
espacios en los periódicos nacionales o rellenar los noticiarios de
televisión y la radio, sino como un caso delicado que amerita que los
organismos de seguridad de ambos países lleguen hasta las últimas
consecuencias.
Los dominicanos tienen el derecho de saber los detalles de
esa trama fraguada en el fragor de un proceso electoral, en que el
Partido de oposición del cual Pepe Goico es integrante importante y
que las encuestas reconocidas los colocan por debajo del candidato oficial ,
requiere mucha seriedad y atención por tratarse de atentar contra la soberanía
nacional de un país amigo
Da pena que un caso tan delicado como lo anunciado por autoridades
de ambas naciones de los más altos niveles sobre la gestación de una
trama en contra del presidente de Haití, Michel Martelly por parte
del señor Goico por orden de su jefe.
Pero, mi sorpresa fue tan grande cuando el candidato del Partido
Revolucionario Dominicano (PRD), calificó la denuncia como una cortina de
humo, Alfredo Pacheco ex presidente de la Cámara de Diputados la tildó de un
recurso de distracción, mientras Tony Raful la consideró como una intromisión
de las autoridades de haitianas al venir al país a realizar la rueda de prensa,
pueblo dominicano con que simpleza reaccionan esos señores esa denuncia
con la delicadeza y la magnitud que la misma implica.
El anuncio de una acción tan grave que se pretendía echar andar no se
debe teñir con tintes de campaña electora , porque podría acarrear
dificultades a nivel de los organismos internacionales y la nación se vería
perjudicada.
Pretender derribar un presidente de otro país legítimamente elegido por
su pueblo en un proceso electoral realizado democráticamente, más que una
osadía es una frescura de ese ex coronel y de su jefe del cual cumple orden,
según la grabación, si eso es estando en la oposición que no harían desde
el gobierno.
Si con el posible derrocamiento del gobierno haitiano se perseguía
pescar en ríos revueltos porque esa acción conllevaría una ingobernabilidad e
inestabilidad a las dos naciones con el objetivo de tumbar el de allá y subir
al de aquí o más bien el mío, que también será el tuyo refiriéndose al cómplice
haitiano.
El susodicho personaje que protagonizó bochornosos
escándalos de corrupción en el gobierno de Hipólito Mejía, sigue teniendo
vigencia más por sus hechos que por su talento, por lo tanto con que calidad
moral Pepe Goico y su oculto Jefe, que tampoco da la cara, pero el pueblo
presume quien es, de hablar de corrupción y atacar a otro presidente
si en su gobierno fue arropado por la corrupción.
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