jueves, 6 de marzo de 2014

Algunas comparaciones erróneas en la exégesis de Leonel sobre el personaje bíblico Moisés



Por Santo Domingo Guzmán

No es costumbre mía asistir a disertaciones de políticos, por cuanto a éstos solo trato de enterarme de sus “andanzas” a través de los medios de prensa y no es precisamente por seguirlos, sino para tener algún argumento cuando trate sobre éste o aquel personaje en alguna conversación con amigos y allegados.


Sin embargo, en el día de ayer (miércoles 5 de marzo) iba pasando por la gobernación provincial de San Cristóbal, cuando me encontré con el amigo, Faustino Pulinario Romero, Procurador General Adjunto de la Corte de Apelación de San Cristóbal, quien me informó que el ex presidente de la República, doctor Leonel Fernández, disertaría en ese lugar en ese momento, al tiempo que me invitó a la disertación.

Eran más o menos las seis y treinta minutos de la tarde, por lo que accedí a acompañar al amigo Pulinario a la disertación del ex presidente, la cual versaría sobre el tema “Liderazgo y Poder”, sin embargo, dicha disertación inició más o menos a las ocho de la noche, aunque debo confesar, que como no estaba enterado de la disertación del ex presidente, tampoco sabía para que hora estaba pautada dicha disertación.

Pero por fin más o menos a las ocho, como ya señalé llegó el ex presidente, quien fue recibido con un rey por los lugareños, con fanfarria y todo incluido, lo que visiblemente agradó al ex mandatario, quien luego de la bienvenida del gobernador, licenciado Julio Cesar Díaz, pasó a disertar sobre el tema ya citado.

Fue una gran sorpresa para un servidor escuchar al ex presidente Fernández disertando sobre un personaje bíblico, pero aun más cuando trató de hacer una similitud de las acciones de ese personaje con la suya, al señalar que Moisés, el gran libertador del pueblo Hebreo, distribuyó entre las doce tribus los puestos al nombrar una comisión de 12 miembros para inspeccionar la tierra prometida, es decir, para enviar espías para que inspeccionaran la tierra a la que se proponían conquistar.

Tal parece que al presidente se le olvidó la distribución que hizo, cuando eligió las llamadas “altas cortes”, es decir, el Tribunal Constitucional, la Suprema Corte de Justicia y el Tribunal Superior Electoral, que como fueron organismos seleccionados por el Consejo Nacional de la Magistratura, entidad formada por ocho miembros, de los cuales él controlaba seis, uno el PRD, sector Miguel más el propio Leonel, es decir, tenía a su favor los ocho miembros.

En aquella oportunidad solo tenía que demostrar que estaba dispuesto a hacer lo que hizo el personaje bíblico, sobre el cual giró el 90% de su disertación, para que tuviera ahora la estatura moral para hablar de igualdad, tenía que permitir que el único senador que no respondía a su línea política formara parte de ese consejo que dice la Constitución que él mismo apadrinó.

Ese senador era Amable Aristy Castro, que aunque amagó demasiado para juramentarse en el Senado, era el único y por consiguiente la prueba de que el todopoderoso gobernante iba a cumplir con lo que decía la norma fundamental, pero no ocurrió así, sino que se las arregló para tener apoyo absoluto.

Hoy, sangra por la herida, y el que antes había sufrido las travesuras que se hacen desde el poder, ahora le paga con la misma moneda, lo que ha provocado varios artículos del ex presidente, al tiempo que lo lanza a disertar temas como éste, pero lo hace encontrarse consigo mismo y contradecirse de forma tan clara.

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