El pasar del tiempo hace que cada
vez los seres humanos tengan una mayor cantidad de información a su disposición
y una mayor cantidad de medios para servirlas, obtener información es más fácil
que ir a un restaurant de comida rápida y servirse.
Los periodistas hoy día más y
mejor informados aseguran un puesto en las redes sociales, en los medios de
comunicación digitales o en los medios de difusión tradicionales, sean
escritos, radiales o televisivos, en cambio aquellos que no han logrado dar el
salto de lo análogo a lo digital, simplemente no son tomados en cuenta. El
periodista del siglo XX que no ha sabido sacar ventaja de la comunicación
digital del siglo XXI, está condenado al olvido colectivo.
La historia nos muestra como los
cambios en las comunicaciones han hecho que el mundo sea un lugar cada vez más
cercano, como también nos hace ver que este mundo al alcance de un click es mucho
más vulnerable a cada segundo, la práctica
de ir hasta la noticia se hace cada vez menos frecuente y es que en la época de
la comunicación y la tecnología cada persona con un celular, un Ipad o una
tableta es una fuente de información y un informador de dimensiones casi
infinitas.
La competencia del periodista en
el siglo XXI no es con sus pares que han salido de las universidades o los
centros técnicos de preparación académica, los periodistas en el siglo XXI
encuentran sus competidores en cualquier ser humano sin instrucción alguna
sobre redacción, investigación, presentación o análisis de un acontecimiento, el
¿Qué?, ¿Cómo?, ¿Cuándo?, ¿Dónde? , hoy están encriptados en un video o una foto
digital, que superan con creces el impacto de una noticia puesta en negro sobre
el blanco.
Los retos de hoy para los
periodistas son mayores que hace diez años, puestos a elegir y con la
responsabilidad de discernir entre una noticia real y una ficticia dentro de un
conjunto de medios que luchan cada día por llamar la atención de sus lectores,
se hace muy cuesta arriba tener la información real en un medio donde cada
segundo en algún lugar alguien está tratando de colocar un dato erróneo a fin de (beneficiar,
perjudicar) o hacer un broma con un hecho ficticio o real tergiversado.
La preparación y capacidad para
reinventarse cada día, la adquisición de nuevos términos y vocablos, la
apertura mental hacia las realidades sociales que han removido los cimientos de
nuestra civilización y la democracia conceptual, deben ser virtudes que
acompañen al periodista del siglo XXI, siglo en que la capacidad de asombro es
pieza de colección de museos o ave rara que surca el infinito cielo de la
imaginación.
El día del Periodista es un buen
momento para hacer una introspección y re descubrirse, reinventarse, tomar aire
y seguir luchando, recomiendo mi frase que dice: “Soy mejor comunicador porque
interpreto con la mente lo que el corazón ve a través de mis ojos”.
Este trabajo es una real radiografía de lo que acontece hoy día. Los periodistas estamos en la obligación de hacer ese re descubrimiento, porque los desafíos son, hoy por hoy mucho más serios.
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