“Cuando te acaricié me
di cuenta que había vivido toda mi vida con las manos vacías” Alejandro jodorowsky.
En
términos generales, una caricia es el acto de hacer un contacto suave,
generalmente con la palma de la mano o con la yema de los dedos, sobre la piel
de otra persona (o incluso sobre la propia piel o también sobre el pelo de un
animal) y suele ser una señal de afecto o de amor (véase
la definición que aparece en el Diccionario de la lengua española).
Según
el análisis transaccional, una caricia es cualquier tipo de manifestación de
una persona, ya sea verbal o no verbal, que implique el darse cuenta de la
existencia de otra.
Son formas de reconocimiento de los demás y son vitales
para sobrevivir y vivir, tanto física como psicológicamente, si son
insuficientes en cantidad o calidad, pueden surgir trastornos graves.
Las
caricias pueden ser caricias condicionales (por lo que se manifiesta en lo
concreto, ya sea sentimientos, pensamientos o acciones) o caricias
incondicionales (por el solo hecho de existir), y en cada caso pueden ser
positivas y negativas. Algún autor distingue también las caricias atributivas,
es decir, por los atributos que expresan la singularidad del ser humano en el
mundo, y tienen algo tanto de incondicionales como de condicionales.
Tan
importante es la necesidad de caricias que las personas, a falta de caricias
positivas y antes de no tenerlas de ningún tipo, prefieren buscar y recibir
caricias negativas. Es decir, que es “mejor” ser rechazado, antes que ignorado.
El
contacto físico es esencial en el desarrollo humano. Y no solo eso, si las
caricias son básicas para la evolución madurativa del recién nacido, igual de
importantes son en nuestras relaciones de pareja, ahí donde reforzamos el
cariño, rebajamos el estrés y estrechamos lazos e intimidades. Te lo explicamos
todo a continuación.
Las caricias: muestra de afecto y de
creación del vínculo
Hay
un estudio curioso que nos refleja claramente la gran importancia de las
caricias para el desarrollo y el crecimiento del ser humano. Fue un análisis
realizado a lo largo de los años 80 en varios orfanatos de todo el mundo,
escenarios donde según la inversión social y la política llevada por parte de
cada país, se atendía de un modo correcto o menos correcto a los niños allí
recogidos.
Se
vio que los bebés que no recibían mucha atención en los orfanatos, simplemente
dejaban de llorar porque habían deducido que sus lamentos no servían de nada.
Los niños que crecían sin demasiado contacto físico, sin caricias, besos,
abrazos y el apoyo de una familia, tenían muchas más probabilidades en la edad
adulta de sufrir algún tipo de enfermedad mental, e incluso de delinquir.
Así
pues, debemos admitir que el contacto humano, y en esencia, la expresión del
cariño a través de las caricias, son esenciales para que las personas construyan
su personalidad, para que se sientan queridas y seguras, para que se establezca
un vínculo con nuestros semejantes, ahí donde poder aprender a ser felices y
además, aprender a su vez a querer y a respetar.
Así pues nos queda claro que la
afectividad, demostrada con las caricias, es tan importante como el alimento.
Las
caricias son fundamentales en el contacto sexual por que estimulan nuestro
sentido del tacto y eso hace que el interés sexual, erótico y pasional
despierte también.
Las
caricias son tan importantes, que deben estar presentes en el diario vivir de
la pareja, para que se recuerden con constancia
que están juntos, se gustan y son una pareja.
Son
muchas las personas que no saben expresar sentimientos o emociones. O que su
personalidad, o su educación, les impide poder demostrar su afectividad de modo
abierto y sincero.
Esperan que los demás lo hagan, mientras ellos, muestran
cierta frialdad o lejanía. Un comportamiento distorsionado que puede ocasionar
graves problemas a nivel de pareja, y también a nivel familiar con los más
pequeños.
Pero
¿qué relevancia tienen las caricias para reforzar nuestras relaciones de
pareja?
1. En primer lugar, abordaremos el tema
químico. Las personas, aunque cueste
de creer somos un maravilloso y sofisticado conglomerado de efectos químicos
que aportan su magia a nuestras emociones. Es pues de este modo como una simple
caricia, provoca de inmediato que se segregue oxitocina, la hormona de la
felicidad y del placer. Nos hace sentir bien, es satisfactorio y agradable.
2. En el plano emocional, una caricia es
símbolo de afecto. En ocasiones un
gesto es mucho mejor que una palabra. Lo que una caricia dice duplica la
intensidad de una frase, porque nos es más sincera, menos falsa… más
emocionante.
3. Reduce el estrés. Algo tan sencillo como una caricia, reduce nuestros
niveles de cortisol en sangre, nos relaja, y baja de inmediato el estrés y la
ansiedad. Una de las formas más efectivas que tienen las caricias a nivel de
pareja, es el hecho de actuar como catalizadores para la resolución de
conflictos. Tras una disputa, tras una discusión, una sola caricia puede calmar
la situación. El significado que encierran estos simples gestos, son algo muy
antiguo e intenso en el ser humano. Nos sentimos amados y reconfortados. Nada
puede ser más placentero y sincero.
4. Las parejas que no se acarician,
tienen muchas probabilidades de romper su relación. Es algo fácil de entender. Pueden existir instantes para
la sexualidad, pero si en el día a día no se suceden estos momentos de
intimidad y de complicidad, los vínculos entre dos personas no son tan intensos
y sinceros. No hay cercanía… y por lo tanto poco a poco la relación puede
enfriarse.
5. Las parejas más saludables, felices y
con un vínculo más sólido, tienen como base
para su efectividad una buena comunicación, el respeto el uno por el otro, el
compromiso, y una afectividad sincera que se demuestra día a día en la
necesidad de estar cerca el uno del otro, y sobre todo por ejecutar ese otro
maravilloso lenguaje escondido en las caricias, en los abrazos… Recuerda, que
para el ser humano es tan importante la alimentación como el amor. Ese que nos
aporta equilibrio, que nos hace sentirnos seguros y respetados. Con fuerzas
para enfrentarnos al mundo y disfrutar de esa felicidad cotidiana.
“Las caricias que mojan
la piel y la sangre amotinan se marchitan cuando las toca la sucia rutina” Joaquín Sabina
Una
de las cosas más importantes de acariciar es descubrir el cuerpo de nuestra
pareja, conocer los rasgos de su piel y su forma de reaccionar antes nuestros
estímulos.
Acariciando
a nuestra persona especial podemos descifrar las cosas que le gustan y de qué
forma le gustan.
Nunca
debes asumir las preferencias de tu
chic@, ya que los gustos varían mucho de persona en persona, y aunque si puedes
lanzarte al agua con caricias suaves y tibias, recuerda poco a poco probarlo
todo pues hay quienes se salen de la
regla de las caricias suaves y tenues, y optan por estar más cómodos con caricias
más fuertes y menos sutiles.
¿Por qué debemos estimular el arte de
las caricias? Acariciar
con belleza y buena dirección es bueno para tu salud emocional y sexual, te
hacen ser un mejor amante, mientras que
te permite:
- Estimular el deseo
- Aumentar la excitación
- Aumentar el placer
- Divertirse
- Mostrar afecto
- Salir de la rutina
- Dar placer sin estar en la cama teniendo sexo
- Conocer mejor a tu pareja
Las
palabras: Puedes acompañar tus caricias corporales con palabras, son de hecho el complemento ideal!. Las
palabras Pueden aumentar las sensaciones
de excitación de tu pareja, pero ten cuidado, algunas personas pueden
bloquearse por palabras poco adecuadas. Prueba primero con comentarios no muy
fuertes pero si picaros, para saber si a tu pareja le gustan mucho o poco, si
quiere más, o si prefiere dejar el diálogo hasta ahí.
“La caricia es un
lenguaje, si tus caricias me hablan, no quisiera que se callen”
“Es claro que lo mejor, no es la
caricia en sí misma, sino su continuación”, Mario Benedetti
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