Fuente: Perfil.com
Evie nunca imaginó que el niño al que cuidaba en Indonesia llegaría ser presidente de Estados Unidos. Obama, quizá tampoco sabía que el joven que lo cuidó de niño terminaría cambiándose de sexo y dedicándose a la prostitución en Asia. Ahora Evie, que nació hombre pero asegura ser mujer, vive con miedo en las calles de Indonesia.
Según contó ella misma, en su infancia su padre la golpeó varias veces porque no soportaba que su hijo fuera una "mariquita". "Quería que me comportara como niño, a pesar de que no me sentía así en el alma", relató Evie. En medio de burlas y el acoso, decidió abandonar la escuela después de tercer grado y decidió aprender a cocinar.
Resultó ser tan buena en la gastronomía, que pudo conseguir trabajo en las cocinas de varios funcionarios de alto rango cuando era adolescente. En 1969, en una fiesta, conoció a Ann Dunham, la madre de Barack Obama, quien había llegado al país dos años antes después de casarse con su segundo esposo, el indonesio Lolo Soetoro.
Al parecer, Dunham le ofreció trabajo a Evie tras quedar impresionada por un guiso de carne y arroz frito que preparó Evie. Poco después la dejó a cargo del cuidado del niño "Barry", de ocho años, con quien jugaba y llevaba a la escuela.
Según los vecinos, Evie salía de la vivienda de los Obama con vestido y maquillaje, aunque ella duda que "Barry" lo hubiera notado. "Era muy joven", declaró. "Y nunca permití que me viera con ropa de mujer. Pero algunas veces me vio cuando me probaba el lápiz labial de su madre. Eso solía hacerle gracia".
Cuando la familia se fue a comienzos de la década de 1970, las cosas comenzaron a tomar un rumbo inesperado. Evie se mudó con un novio, su relación terminó tres años después y se volvió prostituta. "Traté de trabajar como mucama, pero nadie me contrataba", recuerda Evie. "Necesitaba dinero para comida, un lugar donde estar".
Fue una época difícil porque el país estaba bajo la dictadura del general Suharto. Los soldados torturaban a las prostitutas. En 1985 ocurrió un suceso que le hizo cambiar de vida: una compañera suya fue brutalmente agredida por la policía.
La vida en Indonesia no le resulta fácil a la niñera del que es hoy el hombre más poderoso del mundo. "Deben aprender a aceptar su naturaleza", dijo Ichwan Syam, un importante clérigo musulmán en el influyente Consejo de Religiosos de Indonesia. "Si no están dispuestos a curarse médica y religiosamente tienen que aceptar su destino de ser ridiculizados y acosados".
Hoy, Evie busca refugiarse en la religión y va regularmente a la mezquita, hasta cinco veces al día, para rezar. Eligió este nombre porque pensaba que sonaba dulce, pero su identificación oficial es Turdi. Se viste como hombre, porque la situación y religiosa de Indonesia no le permitiría lo contrario. Ahora, a los 66 años, vive en una diminuta casa en un barrio pobre y sobrepoblado en un rincón de Yakarta, lavando ropa sucia para poder subsistir. Dice que sólo espera el momento de morir.
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