CONILLE CRITICA QUE HAYAN CUESTIONADO SU DECISIÓN DE REVISAR ACUERDOS
El primer ministro de Haití, Garry Conille, dijo ayer que no tiene por ahora motivos para decir que todas las empresas dominicanas que obtuvieron contratos bajo concurso público hayan violado las leyes de su país, en referencia a las licitaciones que el Estado haitiano concedió a varias compañías extranjeras en el período de emergencia que siguió al terremoto del 2010 y que son investigadas actualmente.
Conille aseguró que las empresas dominicanas “han trabajado y aún siguen trabajando de manera satisfactoria” en Haití, y consideró que corresponde a las entidades públicas encargadas de supervisar las licitaciones de su país, determinar si en este caso ha habido alguna infracción.
En una carta dirigida al director del LISTÍN DIARIO, Miguel Franjul, el funcionario haitiano criticó a “ciertos políticos malintencionados” que cuestionaron su decisión “enteramente sana” de revisar los contratos firmados tras el sismo, medida sujeta a las “reglas universalmente admitidas de transparencia y de buen gobierno”.
Conille agregó que la investigación se hizo sin antecedentes y partiendo de la buena fe de todas las partes involucradas. “Como lo confirmarán las conclusiones del reporte de auditoría preliminar –que aún son confidenciales– las empresas extranjeras no han sido específicamente designadas como blanco. Al contrario, se les aconseja firmemente trabajar conjuntamente con las empresas haitianas”, dijo el primer ministro de Haití.
Es la primera vez que Conille se refiere públicamente a la revisión de los contratos suscritos por su antecesor, Jean Max Bellerive, que ordenó a una comisión, sobre todo los correspondientes a los meses siguientes al terremoto de enero del 2010.
Bellerive, en una visita al LISTÍN DIARIO, defendió la transparencia de las concesiones cuya negociación, — aseguró— estuvo basada en los poderes que le dio el Parlamento haitiano para firmarlos sin previa licitación debido a la situación que atravesaba su país.
Conille también afirmó ayer en su carta enviada al LISTÍN que su decisión de renunciar al cargo hace cuatro semanas, “no fue sugerida, ni solicitada, ni requerida, ni exigida por nadie”, en Haití o en República Dominicana, como sugirieron entonces algunos sectores.
El funcionario agregó que fue una decisión personal ligada a puntos de desacuerdo con otros miembros del gobierno sobre asuntos que comprometían sus convicciones y sobre valores “transcendentales” como el respeto a las leyes e instituciones, la consolidación de un Estado de derecho en Haití, la administración basada en la buena gobernanza y la obligación del buen rendimiento” de cuentas.
El 12 de enero del 2010, un poderoso terremoto sacudió Puerto Príncipe, provocando la muerte de cerca de 300,000 personas y un millón trescientos mil damnificados.
LA CARTA IN EXTENSO DEL PRIMER MINISTRO
Señor director: En estos últimos días, la prensa dominicana ha sido objeto de un conjunto de alegatos y contra verdades encaminadas por sectores que –con, o sin razón– se ven amenazados por algunas medidas administrativas y financieras de buen gobernar, tomadas por mi gobierno.
Frente a esta oleada de mentiras, que de alguna manera han engañado la sagacidad y la buena fe de los eminentes periodistas dominicanos, me veo obligado a restablecer la verdad pervertida por informantes mal honestos para las necesidades de sus causas indefendibles.
Condeno de manera categórica y perentoria la elección de ciertos políticos malintencionados que califican de “eructo xenófobo, empujado por el odio, y de ataque racista” mi decisión enteramente sana de ver de nuevo los contratos firmados durante el periodo de urgencia que siguió al terremoto del 12 de enero del 2010.
Esta medida corresponde a las reglas universalmente admitidas de transparencia y de buen gobierno. Además, esto se hizo sin antecedentes y partiendo de la buena fe de todas las partes concernidas.
Como lo confirmarán las conclusiones del reporte de auditoría preliminar – que aún son confidenciales – las empresas extranjeras no han sido específicamente designadas como blanco. Al contrario, se les aconseja firmemente trabajar conjuntamente con las empresas haitianas.
Les toca a las entidades públicas concernidas por el control de licitación, determinar si en este caso ha habido una infracción. En este momento no tengo ninguna razón para decir que todas las empresas dominicanas que han ganado sus contratos bajo concurso público hayan violado las leyes haitianas y a mi conocimiento muchas de estas empresas han trabajado y aún siguen trabajando de manera satisfactoria para el país.
Para la verdad y la historia, confirmo para todos que mi decisión de renunciar, ocurrida el 24 de febrero 2012 no fue sugerida, ni solicitada, ni requerida, ni exigida por nadie, de aquí o de allá. Es y queda siendo una decisión puramente personal, ligada a puntos de desacuerdo con otros miembros del gobierno acerca de asuntos que comprometían mis convicciones profundas y sobre valores transcendentales y perennes, tales como el respeto de las leyes e instituciones republicanas, la participación a la consolidación de un estado de derecho en Haití, la administración basada en la buena gobernanza y la obligación del buen rendimiento.
Le solicito publicar en su prestigioso periódico en nombre del derecho de responder y por el respecto a la verdad. Con mi agradecimiento y mi más alta consideración.
Garry Conille, primer ministro de Haití
Fuente: Listín Digital
El primer ministro de Haití, Garry Conille, dijo ayer que no tiene por ahora motivos para decir que todas las empresas dominicanas que obtuvieron contratos bajo concurso público hayan violado las leyes de su país, en referencia a las licitaciones que el Estado haitiano concedió a varias compañías extranjeras en el período de emergencia que siguió al terremoto del 2010 y que son investigadas actualmente.
Conille aseguró que las empresas dominicanas “han trabajado y aún siguen trabajando de manera satisfactoria” en Haití, y consideró que corresponde a las entidades públicas encargadas de supervisar las licitaciones de su país, determinar si en este caso ha habido alguna infracción.
En una carta dirigida al director del LISTÍN DIARIO, Miguel Franjul, el funcionario haitiano criticó a “ciertos políticos malintencionados” que cuestionaron su decisión “enteramente sana” de revisar los contratos firmados tras el sismo, medida sujeta a las “reglas universalmente admitidas de transparencia y de buen gobierno”.
Conille agregó que la investigación se hizo sin antecedentes y partiendo de la buena fe de todas las partes involucradas. “Como lo confirmarán las conclusiones del reporte de auditoría preliminar –que aún son confidenciales– las empresas extranjeras no han sido específicamente designadas como blanco. Al contrario, se les aconseja firmemente trabajar conjuntamente con las empresas haitianas”, dijo el primer ministro de Haití.
Es la primera vez que Conille se refiere públicamente a la revisión de los contratos suscritos por su antecesor, Jean Max Bellerive, que ordenó a una comisión, sobre todo los correspondientes a los meses siguientes al terremoto de enero del 2010.
Bellerive, en una visita al LISTÍN DIARIO, defendió la transparencia de las concesiones cuya negociación, — aseguró— estuvo basada en los poderes que le dio el Parlamento haitiano para firmarlos sin previa licitación debido a la situación que atravesaba su país.
Conille también afirmó ayer en su carta enviada al LISTÍN que su decisión de renunciar al cargo hace cuatro semanas, “no fue sugerida, ni solicitada, ni requerida, ni exigida por nadie”, en Haití o en República Dominicana, como sugirieron entonces algunos sectores.
El funcionario agregó que fue una decisión personal ligada a puntos de desacuerdo con otros miembros del gobierno sobre asuntos que comprometían sus convicciones y sobre valores “transcendentales” como el respeto a las leyes e instituciones, la consolidación de un Estado de derecho en Haití, la administración basada en la buena gobernanza y la obligación del buen rendimiento” de cuentas.
El 12 de enero del 2010, un poderoso terremoto sacudió Puerto Príncipe, provocando la muerte de cerca de 300,000 personas y un millón trescientos mil damnificados.
LA CARTA IN EXTENSO DEL PRIMER MINISTRO
Señor director: En estos últimos días, la prensa dominicana ha sido objeto de un conjunto de alegatos y contra verdades encaminadas por sectores que –con, o sin razón– se ven amenazados por algunas medidas administrativas y financieras de buen gobernar, tomadas por mi gobierno.
Frente a esta oleada de mentiras, que de alguna manera han engañado la sagacidad y la buena fe de los eminentes periodistas dominicanos, me veo obligado a restablecer la verdad pervertida por informantes mal honestos para las necesidades de sus causas indefendibles.
Condeno de manera categórica y perentoria la elección de ciertos políticos malintencionados que califican de “eructo xenófobo, empujado por el odio, y de ataque racista” mi decisión enteramente sana de ver de nuevo los contratos firmados durante el periodo de urgencia que siguió al terremoto del 12 de enero del 2010.
Esta medida corresponde a las reglas universalmente admitidas de transparencia y de buen gobierno. Además, esto se hizo sin antecedentes y partiendo de la buena fe de todas las partes concernidas.
Como lo confirmarán las conclusiones del reporte de auditoría preliminar – que aún son confidenciales – las empresas extranjeras no han sido específicamente designadas como blanco. Al contrario, se les aconseja firmemente trabajar conjuntamente con las empresas haitianas.
Les toca a las entidades públicas concernidas por el control de licitación, determinar si en este caso ha habido una infracción. En este momento no tengo ninguna razón para decir que todas las empresas dominicanas que han ganado sus contratos bajo concurso público hayan violado las leyes haitianas y a mi conocimiento muchas de estas empresas han trabajado y aún siguen trabajando de manera satisfactoria para el país.
Para la verdad y la historia, confirmo para todos que mi decisión de renunciar, ocurrida el 24 de febrero 2012 no fue sugerida, ni solicitada, ni requerida, ni exigida por nadie, de aquí o de allá. Es y queda siendo una decisión puramente personal, ligada a puntos de desacuerdo con otros miembros del gobierno acerca de asuntos que comprometían mis convicciones profundas y sobre valores transcendentales y perennes, tales como el respeto de las leyes e instituciones republicanas, la participación a la consolidación de un estado de derecho en Haití, la administración basada en la buena gobernanza y la obligación del buen rendimiento.
Le solicito publicar en su prestigioso periódico en nombre del derecho de responder y por el respecto a la verdad. Con mi agradecimiento y mi más alta consideración.
Garry Conille, primer ministro de Haití
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