martes, 2 de septiembre de 2014

Asesinados y Maniatados los tiran al zafacon

Los empleados a fin de asegurar un trato justo iniciaron las jornadas de planificación de entidades que les agruparan y les dieran la fuerza suficiente para solicitar un trato justo de parte de los empleadores, así se da el nacimiento a los sindicatos , el mundo laboral comenzó a tomar otro rumbo, la mano regia del empleador fue poco a poco convirtiéndose en la mano amiga del empleado, a través de largos años,  las condiciones del empleado fueron siendo más justas y así fueron las empresas convirtiéndose en el lugar donde los empleadores ponían el dinero y las ideas principales, mientras que los empleados ponían su fuerza física y sus conocimientos para hacer que las ideas del empleador fueran llevadas a la realidad y sus inversión pudiera tener el retorno adecuado.

El tiempo siguió pasando y la ambición mayor cada vez de los empleadores busco  la manera de deshacerse de los sindicatos, que al tener fuerza dentro de la empresa cada vez fueron exigiendo no solo un trato más justo, sino también una mejor distribución de las ganancias, esto trato como consecuencia que los empleadores iniciaran una serie de maniobra para desestabilizar los sindicatos, en esta primera fase no tuvieron mucho éxito, debido al hecho de que los sindicalistas en unos casos acudieron a los estamentos gubernamentales a fin de que sirvieran de dique de contención y detuvieran los intentos de los empleadores, en otros casos hicieron paros y huelgas a fin de demostrar a los empleadores la fuerza que ya habían adquirido, eran las décadas de los  Setenta  y los Ochenta.
Como maniobra para maniatar los sindicatos en los años Noventa surge una nueva ofensiva patronal y se inicia el proceso de convertir a los empleados en accionistas de las empresas, de modo que se convirtieran en copropietarios de las mismas, eso lo hacían usando un método que siendo ilegal parecería ser válido, en vez de dar en dinero las bonificaciones y regalías las daban una parte de estas en acciones, claro se aseguraban de que con estas acciones nadie pudiese ser propietario de una cantidad que le llevara a poder tomar decisiones en las empresas.
A finales de los noventa otra estrategia que consistió en lo que se llamaba reingeniería, que no era más que un modo legalizado de despedir empleados sin correr con los riesgos de que se pudiesen suscitar huelgas dentro de las empresas, pues dentro de estas creaban comités que eran los encargados de trabajar con las compañías contratadas para lo que se llamo reingeniería, que finalmente no fue más que una metodología bien ensayada que llevaba a los empleados la falsa premisa de que los trabajos podían y debían ser realizados con una menor cantidad de personas, utilizando como base unos métodos Japoneses que con el tiempo ha quedado demostrado no son ni en efectividad ni en eficiencia lo que se decían.
Luego de estos intentos en el año dos mil entra la última estrategia que definitivamente trae la encomienda de asesinar los sindicatos, esta se llama tercerización y consiste en no hacer contratación directa de empleados. En lugar de esto se contratan compañías externas que realicen el trabajo dentro y fuera de las empresas, estas contratistas con poco personal a su cargo, se destinan a espacios “áreas” especificas en las empresas y se van rotando tanto de  operaciones como de lugares donde ejecutan sus trabajos esto, así para que no puedan contratar personal de manera definitiva, ya que no les ofrecen a estas contratos de largo plazo.

De su parte las contratistas ejecutan contratos laborales de tiempo definido, con lo que evitan los pagos de derechos adquiridos por los empleados como son, regalías, vacaciones, cesantías y prestaciones laborales al final del contrato. Al final de la jornada los empleados salen de estas contratistas para ir a otras que les ofrecen lo mismo o solo varían en lo que tiene que ver con el trato personal, pero definitivamente esta ultima estrategia ha maniatado, asesinado y lanzado al zafacón los sindicatos de trabajadores.

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