No usaba capa, ni antifaz, su joven cuerpo no resistía las balas y su fortaleza física no detenía un tren, no podía volar, ni vivir bajo las aguas, no poseía un cinturón como el de Batman, ni un anillo como linterna verde, tampoco corría como flash, a decir verdad era un chico común y corriente, que llego tarde a su escuela y le castigaron con no asistir a la asamblea de la mañana junto a dos compañeros mas.
Aitizaz Hassan tenía solo catorce
años, de corpulento esqueleto que le hacía sobresalir de sus compañeros, estaba
de castigo y junto con dos compañeros permanecían a la puerta de su escuela en
Pakistan (el instituto público Ibrahimzai) el único en la comunidad de Hangu,
al noroeste de la provincia Jyber Panjtunjwa y donde asisten unos 2,000.00
estudiantes.
En la mañana del lunes 6 de enero
2014 Aitizaz Hassan y sus dos amigos vieron a un hombre entre los 20 a 25 años acercarse
a la puerta del instituto, pidiendo le dejaran entrar, mientras conversaba con
los chicos uno de los estudiantes pudo ver que este hombre llevaba un detonador
y de inmediato los compañeros de Aitzaz corrieron al interior del edificio, sin
embargo Hassan se quedo y le puso frente, con su cuerpo se abrazo al atacante
suicida e impidió que este pudiera matar a sus compañeros.
Mudassar Hassan Bangish relato a
la BBC que sus compañeros trataron de convencerle para que no se enfrentara a
este hombre pero, él le contesto “Viene
a la escuela a mater a mis amigos, tengo que detenerlo”.
“Nunca pensé que mi hermano
tendría una muerte tan magnífica. Sacrificó su vida para salvar a la
humanidad”, ha subrayado Mujtaba quien hoy ve a su hermano como un héroe pakistaní.
Su padre, Mujahid Alí, que trabaja en Emiratos Árabes Unidos, ha vuelto a
Pakistán pero no para llorar la muerte de su hijo, sino para celebrar su vida,
según declaró a The Express Tribune.“Mi hijo hizo que su madre llorara,
pero salvó a cientos de madres de llorar a sus hijos”, destacó.
“Estoy dispuesto a sacrificar a mi segundo
hijo por Pakistán también”, añadió Alí, que tiene dos hijas más. “Hay un puñado
de personas en el mundo que son mártires y yo ahora soy uno de esos padres
orgullosos cuyo hijo está entre ellos”, añadió.
La valentía del adolescente ha dejado
conmocionada a la localidad y el director del instituto, en el que había unos
2.000 estudiantes y no había sufrido ningún ataque previo, ha elogiado la
valentía de Aitizaz. “El ataque tenía como objetivo la educación y estoy
sorprendido que ni el gobierno federal ni el provincial hayan visitado a la
familia. Su silencio es condenable”, dijo el director del centro educativo, Lal
Baz.
El oficial de distrito de la Policía de
Hangu, Iftikhar Ahmad, ha confirmado al diario The News que el
suicida llevaba seis kilos de explosivos adosados a su cuerpo. El atentado fue
reivindicado el mismo día por el grupo islamista Lashkar-e-Jhangvi.
"Por la memoria del
valiente joven", el "héroe", alguien que "ha fortalecido la
humanidad ", "gracias por salvar a tantos", "enorme
coraje", "que descanse en paz".
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