Jahvel Johnson |
México
tiene un nuevo ídolo. Esta vez con nombre de telepredicador: Jahvel Johnson.
Hasta hace poco se ganaba la vida cantando en el metro de la Ciudad de México
acompañado de un bastón y un viejo radiocasette que hacía las veces de
orquesta. Jahvel se presentó a mediados de octubre a las audiciones del
programa de televisión, México tiene talento - un talent show al
estilo de Factor X - con la barba descuidada y andares torpes. Allí se supo su
historia: huérfano, vivió durante 8 años en la calle y cantaba en el metro para
sobrevivir. El escepticismo del jurado duró exactamente el tiempo que tardó en
acercarse al micrófono y empezar a cantar.
El vídeo en
Youtube con la actuación tiene ya 4,6 millones de visitas en el momento de
escribir estas líneas. A Jahvel algunos ya lo habían descubierto en el metro y
también gracias a Youtube, donde los pasajeros han subido varios vídeos desde
el año pasado impresionados por el vozarrón del señor. Todavía no se sabe si
pasará a las siguientes fases del programa, pero ya es todo un éxito en México.
La historia que se conoce por ahora sobre su vida es la que ha contado él
mismo. Nacido Pablo López Morales en Coahuila, en el norte de México, a los
cinco años se perdió de sus padres y acabó en un centro de acogida. Lo
adoptaron unos mormones de Utah y se trasladó allí: “Me llevé las mañas que
había aprendido en el reformatorio para Estados Unidos, cosa que no les agradó.
Cuando se cansaron de mis desmanes y desplantes me mandaron al DF”. A las
calles del DF, más concretamente. Vivió a la intemperie durante ocho años,
tiempo en el que padeció una depresión. El nombre que utiliza ahora, que
significa "Dios es Hermoso", muestra que por el camino abrazo la
religión.
En su perfil de Facebook ha subido fotografías que
ayudan a componer su nublosa biografía. En un retrato aparece como un joven
lozano que estudia en la Logan High School de Utah. En otra imagen más reciente
se le ve afeitado y sin gafas. Lleva un kimono. El señor con una cadera
maltrecha fue un día un joven que sabía artes marciales.
Este hombre sencillo
cantaba en la línea 1, las más concurrida de la ciudad. No cualquiera puede
actuar allí. El metro del DF es un lugar caótico por el que transitan millones
de personas al día pero está perfectamente estructurado como negocio. Los
vendedores de Cds, chicles, linternas, libros sobre sexualidad o leyes, los
faquires o los mendigos, saben perfectamente a qué vagón subirse y a qué hora.
Nunca se cruzan con otros. El tiempo está perfectamente sincronizado. En
función de la mercancía que lleven, los padrinos que tengan o los años que
lleven en el asunto pueden elegir línea. Jhavel actuaba en la 1, la mejor. Ahí
abajo ya era alguien. Ahora ha salido a la superficie para que el resto del
mundo también pueda admirarle.
La más
efusiva hasta ahora con el talento de Pablo ha sido la cantante y actriz Ximena
Sariñana, una de los tres miembros del jurado del programa, que acabó llorando
en la actuación de Jahvel. "Me dejaste superconmovida", dijo ante las
cámaras. Después, lo repitió en Twitter.
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