Por:
Lic. Miguel A. Rodríguez A.
Nicolás de Jesús López Rodríguez, Cardenal dominicano. |
Así como el cardenal mandó al embajador de los Estados Unidos de
Norteamérica a cuidar su casa, él debería hacer lo mismo y dedicarse a cuidar “su iglesia” a fin de evitar que en
la misma haya sacerdotes, diáconos,
seminaristas y hasta obispos acusados por violadores de menores.
El Cardenal debería aplicarse para sí
el texto bíblico de San Lucas capitulo 6 verso del 41 al 42, que dice: “¿Por qué miras la paja que hay en el ojo de tu hermano y no ves la
viga que está en el tuyo? ¿Cómo puedes decir a tu hermano: “Hermano, deja que
te saque la paja de tu ojo”, tú que no ves la viga que tienes en el tuyo?
¡Hipócrita!, saca primero la viga de tu ojo, y entonces verás claro para sacar
la paja del ojo de tu hermano” (Lucas 6, 41-42).
Este altanero, egocéntrico, arrogante y
troglodita, que pretende ser el centro de atención de todo el
mundo en la Republica Dominicana, parece que
le resulta difícil o imposible reconocer los defectos de mucho de los integrantes de la Iglesia Católica. ¿Acaso se le olvidó al Cardenal que fue el
nuncio apostólico (Embajador) del Vaticano Joseph Wesolowski quien fue destituido por el Papa Francisco por las
acusaciones de abuso sexual a menores en el país y que él (el
cardenal) no dijo nada en contra, sino que lo protegió?.
También se le olvidó el caso de los
niños/as de Higuey, que acusaron a
un grupo de sacerdotes y feligreses de
violación sexual y sadomasoquismo, en el “Hogar
La Ciudad de los Niños”. El caso
del sacerdote violador de niños en Juncalito,
Santiago Wojciech Gil (Alberto) y
como abandonó el país con falsa
identidad, sin que el Cardenal y la jerarquía de la Iglesia dijera nada y que
fue detenido y condenado en Polonia. El caso del sacerdote Domingo Espinal,
condenado en julio de 2009, por el Tercer Tribunal Colegiado de la Cámara Penal
del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Nacional a 15 años de
prisión por violar sexualmente a un
menor de 14 años, en el sector El Invi, en la carretera Sánchez. El
caso del obispo monseñor Príamo
Tejeda, que hasta 1998 estuvo a cargo de la Diócesis Baní-San
Cristóbal, que fue acusado en 2007 de
mantener en secuestro y sometido a violaciones sexuales a un hombre cubano, en
Florida, Estados Unidos. El caso del sacerdote Alberto Zacarías Cordero Liriano
de 40 años que fue sometido y apresado
bajo el cargo de violación sexual de una menor de 15 años en Bonao. Para solo mencionar algunos casos.
Al cardenal se le olvidó también, que el país y especialmente la feligresía
católica está harta de su grosería y
altanería y de que él se siga
considerando como el amo y señor de la Iglesia Católica o que se crea que sus opiniones e intereses son más
importantes que las de los demás. ¿Por
qué el cardenal no se dedica a cuidar más de cerca a algunos encopetados
jerarcas y sacerdotes que se atribuyen “el derecho” y la arrogancia de
calificar y descalificar a otros miembros de la Iglesia?
En los próximos días, la ciudadanía, espera que el cardenal haga realidad
lo que expresó y se presente personalmente al
Consulado Norteamericano para hacer entrega formal del o los visados que tienes de Los Estados Unidos de América e invitar
a los encopetados Jerarcas de la
Iglesia a hacer lo mismo y a que
presenten formal renuncia de los
puestos, cargos y rangos que ostentan en las esferas militar y policial así
como que dejen de recibir las dadivas,
prebendas y subsidios que mes tras mes y años tras años perciben de la teta
del Estado dominicano.
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