El
paludismo es causado por un parásito denominado Plasmodium que se transmite a
través de la picadura de mosquitos infectados. En el organismo humano, los
parásitos se multiplican en el hígado y después infectan los glóbulos rojos.
Entre los síntomas del paludismo destacan la fiebre, las
cefaleas y los vómitos, que generalmente aparecen 10 a 15 días después de la picadura
del mosquito. Si no se trata, el paludismo puede poner en peligro la vida del
paciente en poco tiempo, pues altera el aporte de sangre a órganos vitales. En
muchas zonas del mundo los parásitos se han vuelto resistentes a varios
antipalúdicos.
Entre las intervenciones fundamentales para controlar la malaria
se encuentran el tratamiento rápido y eficaz con combinaciones de medicamentos
basadas en la artemisinina, el uso de mosquiteros impregnados en insecticida
por parte de las personas en riesgo y la fumigación de los espacios cerrados
con insecticidas de acción residual, a fin de controlar los mosquitos vectores.
Se estima que en 2012 hubo 207 millones de casos de paludismo
(intervalo de incertidumbre: 135-287 millones), de los que aproximadamente 627
000 fueron mortales. Se calcula que unos 3400 millones de personas siguen
expuestas a la enfermedad, en particular en África y Asia Sudoriental.
Alrededor del 80% de los casos de paludismo se producen en África.
Los
habitantes de los países más pobres son los más vulnerables a la enfermedad.
Hay cuatro tipos de paludismo humano:
1. Por Plasmodium falciparum;
2. Por Plasmodium vivax;
3. Por Plasmodium malariae;
4. Por Plasmodium ovale.
Los más frecuentes son el paludismo por P.
falciparum y por P. vivax, y el más mortal el
paludismo por P. falciparum.
En los últimos años también ha habido
algunos casos humanos por P. knowlesi, un parásito del mono
que aparece en zonas boscosas de Asia Sudoriental.
Transmisión
El paludismo se transmite exclusivamente
por la picadura de mosquitos del géneroAnopheles. La intensidad de la
transmisión depende de factores relacionados con el parásito, el vector, el
huésped humano y el medio ambiente.
En el mundo hay unas 20 especies
diferentes de Anopheles que
tienen importancia local. Todos las especies importantes como vector pican por
la noche. Estos mosquitos se crían en agua dulce de poca profundidad (charcos,
campos de arroz o huellas de animales). La transmisión es más intensa en
lugares donde los vectores tienen una vida relativamente larga que permite que
el parásito tenga tiempo para completar su desarrollo en el interior del
mosquito, y cuando el vector prefiere picar al ser humano antes que a otros
animales. Por ejemplo, la larga vida y la fuerte preferencia por los humanos
que presentan las especies que actúan como vector en África son la causa de que
más del 85% de las muertes por paludismo se registren en ese continente.
La transmisión también depende de
condiciones climáticas que pueden modificar el número y la supervivencia de los
mosquitos, como el régimen de lluvias, la temperatura y la humedad. En muchos
lugares la transmisión es estacional, alcanzando su máxima intensidad durante
la estación lluviosa e inmediatamente después. Se pueden producir epidemias de
paludismo cuando el clima y otras condiciones favorecen súbitamente la
transmisión en zonas donde la población tiene escasa o nula inmunidad, o cuando
personas con escasa inmunidad se desplazan a zonas con transmisión intensa,
como ocurre con los refugiados o los trabajadores migrantes.
La inmunidad humana es otro factor
importante, especialmente entre los adultos residentes en zonas que reúnen
condiciones de transmisión moderada a intensa. La inmunidad se desarrolla a lo
largo de años de exposición y, a pesar de que nunca proporciona una protección
completa, reduce el riesgo de que la infección cause enfermedad grave. Es por
ello que la mayoría de las muertes registradas en África corresponden a niños
pequeños, mientras que en zonas con menos transmisión y menor inmunidad se
encuentran en riesgo todos los grupos de edad.
Síntomas
El paludismo es una enfermedad febril
aguda. Los síntomas aparecen a los 7 días o más (generalmente entre los 10 y
los 15 días) de la picadura del mosquito infectivo. Puede resultar difícil
reconocer el origen palúdico de los primeros síntomas (fiebre, dolor de cabeza,
escalofríos y vómitos). Si no se trata en las primeras 24 horas, el paludismo
por P. falciparum puede
agravarse, llevando a menudo a la muerte. Los niños de zonas endémicas con
enfermedad grave suelen manifestar una o más de las siguientes presentaciones
sindrómicas: anemia grave, sufrimiento respiratorio relacionado con la acidosis
metabólica o paludismo cerebral. En el adulto también es frecuente la afectación
multiorgánica. En las zonas donde el paludismo es endémico, las personas pueden
adquirir una inmunidad parcial, lo que posibilita la aparición de infecciones
asintomáticas.
En los casos de paludismo por P.
vivax o P. ovale pueden
producirse recidivas clínicas semanas o meses después de la infección inicial,
aunque el paciente haya abandonado la zona palúdica. Estos nuevos episodios se
deben a presencia de formas hepáticas "durmientes" del parásito
(inexistentes en el caso de P. falciparumy P. malariae), y para lograr la
curación completa es obligatorio un tratamiento especial dirigido contra esas
formas hepáticas.
¿Quién está en riesgo?
Aproximadamente la mitad de la población
mundial corre el riesgo de padecer el paludismo. La mayoría de los casos y de
las muertes se registran en el África subsahariana. No obstante, también se ven
afectadas Asia, Latinoamérica y, en menor medida, Oriente Medio y algunas zonas
de Europa. En 2011 el paludismo estaba presente en 99 países y territorios.
Entre los grupos de población que corren
un riesgo especial se encuentran:
·
Los niños pequeños de zonas con transmisión estable que todavía no han desarrollado inmunidad
protectora frente a las formas más graves de la enfermedad. Los niños pequeños
son el grupo que más contribuye a la mortalidad mundial por paludismo.
·
Las embarazadas no inmunes. El paludismo produce
tasas elevadas de aborto (hasta un 60% en el caso de la infección por P. falciparum) y tasas de mortalidad materna del 10% al 50%.
·
Las embarazadas semiinmunes de zonas con alta transmisión. El paludismo puede producir abortos y bajo
peso al nacer, especialmente durante los dos primeros embarazos. Se calcula que
anualmente mueren 200 000 lactantes a consecuencia del paludismo adquirido
durante el embarazo.
·
Las embarazadas semiinmunes infectadas por el VIH de zonas con transmisión estable corren mayor riesgo
de sufrir el paludismo en todos sus embarazos. Las mujeres con infección
palúdica placentaria también corren mayor riesgo de transmitir la infección a
sus hijos recién nacidos.
·
Los pacientes con VIH/sida.
·
Los viajeros internacionales procedentes de
zonas no endémicas corren mayor riesgo de sufrir el
paludismo y sus consecuencias, pues carecen de inmunidad.
·
Los emigrantes de zonas endémicas y sus
hijos residentes en zonas no endémicas también
corren mayor riesgo cuando vuelven de visita a sus países, debido a la
inexistencia o atenuación de la inmunidad.
Diagnóstico y tratamiento
El diagnóstico y el tratamiento temprano
del paludismo atenúan la enfermedad, evitan la muerte y contribuyen a reducir
la transmisión.
La mejor opción terapéutica disponible,
especialmente en el caso del paludismo porP. falciparum, es el
tratamiento combinado basado en la artemisinina.
La OMS recomienda que antes de administrar
el tratamiento se confirme el diagnóstico con métodos parasitológicos (ya sean
pruebas de microscopía o de diagnóstico rápido), cuyos resultados pueden obtenerse en escasos
minutos. El tratamiento basado únicamente en la sintomatología debe reservarse
para
aquellos casos en los que no sea posible el diagnóstico parasitológico. Se
pueden ver recomendaciones más detallada en Guidelines for the
Treatment of Malaria.
Datos y cifras
·
El paludismo, o malaria, es una enfermedad potencialmente mortal causada
por parásitos que se transmiten al ser humano por la picadura de mosquitos
infectados.
·
En 2010, el paludismo causó cerca de 660 000 muertes (con un margen de
incertidumbre que oscila entre 490 000 y 836 000), sobre todo en niños
africanos.
·
El paludismo es prevenible y curable.
·
Gracias al aumento de las medidas de prevención y control la carga de la
enfermedad se está reduciendo notablemente en muchos lugares.
·
Los viajeros no inmunes procedentes de zonas sin paludismo que contraen la
infección son muy vulnerables a la enfermedad.
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