Por Santo Domingo Guzmán
Uno de los programas
emprendidos por la presidencia, al que particularmente el presidente le prestó más
atención, fue la campaña de alfabetización “Quisqueya Aprende Contigo”, con el
que el gobierno se proponía “acabar” con el analfabetismo en el país.
El programa inició con buen
pie, con una fabulosa programación que incluía un equipo en cada municipio compuesto
por los facilitadores, quienes tendrían a su cargo el contacto directo con los
alfabetizandos, es decir, la enseñanza, los animadores, quienes harían el
trabajo de supervisión, que es lo mismo que el trabajo que hace un técnico en
un distrito educativo y por último un coordinador municipal, que haría el
trabajo de coordinar los trabajos entre los animadores y los facilitadores.
Hasta aquí no existe ningún
inconveniente en la programación, por lo que se auguraba un éxito total en la
niña linda de programa del presidente Danilo Medina Sánchez. ¿Dónde está entonces el problema? En que desde el inicio de la citada campaña,
tanto a los facilitadores como a los animadores se les hizo promesas, que más
bien no fueron más que “politiqueras”, incluso hubo quienes hasta se atrevieron
a ofrecerles a los alfabetizandos que se les pagaría un pequeño sueldo, con tal
de que se alfabetizaran.
En el caso de los
animadores, soy testigo presencial que los encargados de preparar a estos
funcionarios, a los que se les exigía ser licenciados en alguna rama del saber,
se les ofreció seguros de salud, un sueldo mensual mientras durara el contrato,
así como un incentivo para combustible.
El primer problema ocurrió
cuando se firmó un absurdo contrato entre el Estado y los profesionales que
servirían como animadores con la entonces Ministra de Educación, licenciada
Josefina Pimentel, pues entonces se produjo la sustitución de ésta funcionaria
por el actual, es decir, el doctor Carlos Amarante Baret.
Desde entonces este
funcionario no ha hecho más rendirle un flaco servicio a ésta campaña, tanto con
las acciones emprendidas por éste como por las estupideces que hace en aras de
entorpecer y hacer quedar mal al presidente Medina.
La primera de las idioteces
realizadas por Amarante Baret fue la de exigir la firma de un nuevo contrato
entre los animadores y su gestión, lo que luego también tiró a la basura, para
exigir otro nuevo contrato, con lo que el funcionario se coloca en contra de la
salud ambiental y con ello atenta contra otro de los programas gubernamentales
que es la lucha por un ambiente sano para la ciudadanía.
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