miércoles, 4 de febrero de 2015

Por fin se hizo justicia con Roberto Marcallé Abreu

Por: Daniela de la Cruz Gómez


Foto Maritza Toribio
Roberto Marcallé Abréu ha recibido, finalmente, y tras mucha espera, el Premio Nacional de Literatura.

Se ha hecho justicia con él después de inexplicables marginaciones y discriminaciones.

Esta información alegra el espíritu después de tan amarga dilación innecesaria.


Es verdad que hay pocos creadores en el país y es verdad que hay poca creación de alta calidad.

Toda obra debe tener hallazgos y algún descubrimiento novedoso.

Marcallé tiene cerca de cuatro décadas de ejercicio escritural y tiene una impronta en las letras nacionales como un trabajador constante.

Ya había recibido otros premios importantes.

Este es un premio consagratorio que habla de una historia y de una dedicación apasionada a un oficio no siempre comprendido como se debe.

Marcallé se inició como periodista y continuó su oficio de escritor incansable durante todo este tiempo.

Su talento no deja dudas. Lo ha llevado hasta la consagración.

Es difícil de ignorar un trabajo como el suyo que, sin embargo, no es visto como una labor intelectual de importancia sino como un pasatiempo.

El cultivo de las letras es delicado, amargo, estrecho, trabajoso, difícil, trae dificultades, sobre todo si se es rebelde y se tiene interés en transformar esquemas gastados.

Es una gesta más.

Hay que buscar que las letras trasciendan.

Veamos el caso de excelentes creadores como Franklin Mieses Burgos.

Apenas se conoce su trabajo en círculos reducidos de especialistas en el exterior.

Sin embargo, es un poeta de primera magnitud en cualquier lugar de América y del mundo.

No hay justificación para estos aislamientos en un mundo globalizado.

En la foto, el escritor Roberto Marcallé Abréu hace entrega de un ejemplar de la novela "La Manipulación de los Espejos" a Daniela De La Cruz Gómez. Presente se encuentra el periodista Miguel Angel Vargas Parra, asistente de la periodista.

"La Manipulacion de los Espejos" se puso en circulación en la Universidad APEC, en la República Dominicana. La obra fue presentada por el catedrático en la Universidad Comparada, Alex Ferreras, de la UASD. Foto Maritza Toribio

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