El año pasado fue increíble para la franela (jerga británica para
circunlocución). Sé que lo digo todos los años, pero el 2015 rompió
todos los récords de ofuscación, eufemismo y fealdad. Examinando estas
tonterías — muchas de ellas a través del nuevo sitio Guffipedia del
Financial Times — en búsqueda de ganadores dignos de mis Premios Franela
de Oro, lo que se destacó fue el número de entradas que no sólo ofenden
el ojo y el oído sino que también repugnan.
Así que he decidido
añadir una nueva categoría: el Cubo de Expresiones Enfermizas, para la
cual la lista de semifinalistas es tan fuerte como repulsiva. Había
“sudar la huella del pie”, dejándolo a uno con temor al pie de atleta.
Había un banquero que estaba “embarazado del negocio”. Había “la prueba
del banco húmedo” y “la pegajosidad del mercader”.
Pero el ganador que se sobresalió fue “apagón ejecutivo”, presentado a nosotros por el Harvard Business Review.
Uno
de los premios más ansiosamente aguardados cada año es el de Campeón de
la Ofuscación. Me siento incómodamente consciente que se lo prometí al
veterano de las tonterías Tim Armstrong por el nuevo verbo
“juegocambiar”, pero espero que el jefe de AOL me perdone por cambiar de
opinión. El año pasado dos sucesivos CEO de Twitter pervirtieron la
claridad y la brevedad que su sitio se supone que prometa. Dick Costolo
metió en una sola e interminable frase las palabras “iterar”,
“experiencia cierre de sesión”, “comisariar”, “momentos”, “plataforma” y
“entregar”. Subsecuentemente dimitió y fue reemplazado por Jack Dorsey,
quien prometió hablar claro en un correo electrónico, sólo para
rociarlo con “moverse hacia adelante”, y “mapas de carreteras” y
“reinvertir en nuestras prioridades más impactantes”.
Pero hasta
los esfuerzos del dúo Twitter son débiles comparados con el anónimo
director de Recursos Humanos que advirtió a los administradores que
asistieran a una reunión fuera de la oficina para “estar conscientes de
la óptica de su marca personal”, lo cual quería decir: métanse la camisa
en los pantalones. Él es el Campeón de la Ofuscación de este año.
El
Sr. Dorsey casi se ganó un premio de consolación por el mejor eufemismo
para despedir a personal (“separación de caminos”), pero este premio se
lo lleva el director de Recursos Humanos en un gran grupo petrolero,
quien anunció planes de “ventilar” a los de bajo rendimiento. Esto
sugiere ingeniosamente que las personas son aire viciado y, si uno abre
la ventana, saldrán volando.
El Premio dado a sustantivos que
pretenden ser verbos tuvo un año de gran cosecha, con varios
deslumbrantes finalistas. Tentativar. Ayuntamientar. Potenciar.
Futurear. Valorañadir. Cualquiera podría haber sido un ganador digno;
sin embargo, todos fueron barridos por “lenguajizar”. Un lector escuchó a
un colega decir: “Tiene que haber una mejor forma de lenguajizarlo”.
Tiene razón; tiene que haber una mejor forma de hacerlo.
La Copa
de la Comunicación — dada a la peor forma de describir una reunión —
tiene una impresionante lista de semifinalistas: visitas diarizadas;
cocrear conversaciones; camarillar y (un favorito) carafrontalizar.
Pero el ganador es “reunión telefónica bilateral”, que revela la triste
verdad que la llamada de conferencia es tan normal que una conversación
entre dos personas necesita un vocablo especial para describirla.
El
Premio Metáfora Mixta 2015 va a Rick Hamada, CEO de Avnet, quien dijo:
“Perforando un clic más bajo en los servicios, pensamos en realidad en
múltiples carriles de natación de oportunidad alrededor del negocio”.
Aunque ésta es una modesta mezcla de tres elementos, la calidad compensa
por la cantidad. Cada una de estas metáforas está de moda, y ha añadido
un “en realidad” gratuito. Bien se merece el premio.
Me llegaron
muchos excelentes títulos profesionales en el 2015. Admiré el
Catalizador Principal de Proclamaciones, quien trabaja en Danone. Sin
embargo, el sobresaliente ganador es McKinsey, que llama a algunos de
sus asesores “Expertos Maestros”, la tautología sin duda un ardid para
suavizar al cliente como preludio a cobrarle dos veces la tasa normal.
Ahora
viene la palabra que resumió el 2015. Al principio quería que fuera
“viaje.” En el Financial Times estábamos en una “viaje de eficacia”
hasta que nuestros antiguos dueños, Pearson, terminaron ese viaje
vendiéndonos. Mientras tanto en el Aeropuerto Stansted (donde comienzan
los verdaderos viajes) el departamento de quejas de clientes dijo que el
“viaje del cliente es una transición intuitiva y sin costura a través
del viaje del pasajero”, añadiendo que “nuestro equipo de Servicio al
Cliente ahora ofrece un equipo de Embajadores, añadiendo una presencia
humana”.
Al leer esto, cambié de opinión. La palabra del año no
es “viaje”. Es “humano”. Howard Schultz de Starbucks, un estupendo
vendedor de tonterías, lo puso espléndidamente: “La innovación es la
fuerza que continuará impulsando nuestro negocio y nos permitirá
expandir y hacer crecer los ingresos y ganancias — siempre a través del
lente de la humanidad”.
Para ‘futurear’, voy a hacer una
predicción para la palabra “franela” del 2016. La encontré en un
memorándum de Larry Page en Alphabet, en el cual, después de profesar
sentirse “emocionado” y “súperemocionado” cinco veces, también dijo:
“También estamos ‘avivados’ por hacer crecer nuestras armas de
inversión”.
Espero que usted esté preparado para el 2016. Se va a avivar, quiéralo o no.
Fuente: Diario Libre
No hay comentarios:
Publicar un comentario