lunes, 3 de octubre de 2016

La saludable práctica de las caricias



 “Cuando te acaricié me di cuenta que había vivido toda mi vida con las manos vacías” Alejandro jodorowsky.

En términos generales, una caricia es el acto de hacer un contacto suave, generalmente con la palma de la mano o con la yema de los dedos, sobre la piel de otra persona (o incluso sobre la propia piel o también sobre el pelo de un animal) y suele ser una señal de afecto o de amor (véase la definición que aparece en el Diccionario de la lengua española).

Según el análisis transaccional, una caricia es cualquier tipo de manifestación de una persona, ya sea verbal o no verbal, que implique el darse cuenta de la existencia de otra.

Son formas de reconocimiento de los demás y son vitales para sobrevivir y vivir, tanto física como psicológicamente, si son insuficientes en cantidad o calidad, pueden surgir trastornos graves.


Las caricias pueden ser caricias condicionales (por lo que se manifiesta en lo concreto, ya sea sentimientos, pensamientos o acciones) o caricias incondicionales (por el solo hecho de existir), y en cada caso pueden ser positivas y negativas. Algún autor distingue también las caricias atributivas, es decir, por los atributos que expresan la singularidad del ser humano en el mundo, y tienen algo tanto de incondicionales como de condicionales.

Tan importante es la necesidad de caricias que las personas, a falta de caricias positivas y antes de no tenerlas de ningún tipo, prefieren buscar y recibir caricias negativas. Es decir, que es “mejor” ser rechazado, antes que ignorado.  

El contacto físico es esencial en el desarrollo humano. Y no solo eso, si las caricias son básicas para la evolución madurativa del recién nacido, igual de importantes son en nuestras relaciones de pareja, ahí donde reforzamos el cariño, rebajamos el estrés y estrechamos lazos e intimidades. Te lo explicamos todo a continuación.

Las caricias: muestra de afecto y de creación del vínculo

Hay un estudio curioso que nos refleja claramente la gran importancia de las caricias para el desarrollo y el crecimiento del ser humano. Fue un análisis realizado a lo largo de los años 80 en varios orfanatos de todo el mundo, escenarios donde según la inversión social y la política llevada por parte de cada país, se atendía de un modo correcto o menos correcto a los niños allí recogidos.

Se vio que los bebés que no recibían mucha atención en los orfanatos, simplemente dejaban de llorar porque habían deducido que sus lamentos no servían de nada. Los niños que crecían sin demasiado contacto físico, sin caricias, besos, abrazos y el apoyo de una familia, tenían muchas más probabilidades en la edad adulta de sufrir algún tipo de enfermedad mental, e incluso de delinquir.

Así pues, debemos admitir que el contacto humano, y en esencia, la expresión del cariño a través de las caricias, son esenciales para que las personas construyan su personalidad, para que se sientan queridas y seguras, para que se establezca un vínculo con nuestros semejantes, ahí donde poder aprender a ser felices y además, aprender a su vez a querer y a respetar.

Así pues nos queda claro que la afectividad, demostrada con las caricias, es tan importante como el alimento.

Las caricias son fundamentales en el contacto sexual por que estimulan nuestro sentido del tacto y eso hace que el interés sexual, erótico y pasional despierte también.

Las caricias son tan importantes, que deben estar presentes en el diario vivir de la pareja, para que se recuerden con constancia  que están juntos, se gustan y son una pareja.

Son muchas las personas que no saben expresar sentimientos o emociones. O que su personalidad, o su educación, les impide poder demostrar su afectividad de modo abierto y sincero.

Esperan que los demás lo hagan, mientras ellos, muestran cierta frialdad o lejanía. Un comportamiento distorsionado que puede ocasionar graves problemas a nivel de pareja, y también a nivel familiar con los más pequeños.

Pero ¿qué relevancia tienen las caricias para reforzar nuestras relaciones de pareja?

1. En primer lugar, abordaremos el tema químico. Las personas, aunque cueste de creer somos un maravilloso y sofisticado conglomerado de efectos químicos que aportan su magia a nuestras emociones. Es pues de este modo como una simple caricia, provoca de inmediato que se segregue oxitocina, la hormona de la felicidad y del placer. Nos hace sentir bien, es satisfactorio y agradable.

2. En el plano emocional, una caricia es símbolo de afecto. En ocasiones un gesto es mucho mejor que una palabra. Lo que una caricia dice duplica la intensidad de una frase, porque nos es más sincera, menos falsa… más emocionante.

3. Reduce el estrés. Algo tan sencillo como una caricia, reduce nuestros niveles de cortisol en sangre, nos relaja, y baja de inmediato el estrés y la ansiedad. Una de las formas más efectivas que tienen las caricias a nivel de pareja, es el hecho de actuar como catalizadores para la resolución de conflictos. Tras una disputa, tras una discusión, una sola caricia puede calmar la situación. El significado que encierran estos simples gestos, son algo muy antiguo e intenso en el ser humano. Nos sentimos amados y reconfortados. Nada puede ser más placentero y sincero.

4. Las parejas que no se acarician, tienen muchas probabilidades de romper su relación. Es algo fácil de entender. Pueden existir instantes para la sexualidad, pero si en el día a día no se suceden estos momentos de intimidad y de complicidad, los vínculos entre dos personas no son tan intensos y sinceros. No hay cercanía… y por lo tanto poco a poco la relación puede enfriarse.

5. Las parejas más saludables, felices y con un vínculo más sólido, tienen como base para su efectividad una buena comunicación, el respeto el uno por el otro, el compromiso, y una afectividad sincera que se demuestra día a día en la necesidad de estar cerca el uno del otro, y sobre todo por ejecutar ese otro maravilloso lenguaje escondido en las caricias, en los abrazos… Recuerda, que para el ser humano es tan importante la alimentación como el amor. Ese que nos aporta equilibrio, que nos hace sentirnos seguros y respetados. Con fuerzas para enfrentarnos al mundo y disfrutar de esa felicidad cotidiana.

“Las caricias que mojan la piel y la sangre amotinan se marchitan cuando las toca la sucia rutina” Joaquín Sabina

Una de las cosas más importantes de acariciar es descubrir el cuerpo de nuestra pareja, conocer los rasgos de su piel y su forma de reaccionar antes nuestros estímulos.
Acariciando a nuestra persona especial podemos descifrar las cosas que le gustan y de qué forma le gustan. 

Nunca debes asumir  las preferencias de tu chic@, ya que los gustos varían mucho de persona en persona, y aunque si puedes lanzarte al agua con caricias suaves y tibias, recuerda poco a poco probarlo todo pues hay quienes  se salen de la regla de las caricias suaves y tenues, y optan por estar más cómodos con caricias más fuertes y menos sutiles.

¿Por qué debemos estimular el arte de las caricias? Acariciar con belleza y buena dirección es bueno para tu salud emocional y sexual, te hacen ser un mejor  amante, mientras que te permite: 


  1.  Estimular el deseo 
  2.   Aumentar la excitación
  3.   Aumentar el placer
  4.  Divertirse
  5.  Mostrar afecto
  6. Salir de la rutina 
  7.  Dar placer sin estar en la cama teniendo sexo
  8. Conocer mejor a tu pareja

Las palabras: Puedes acompañar tus caricias corporales con palabras, son  de hecho el complemento ideal!. Las palabras  Pueden aumentar las sensaciones de excitación de tu pareja, pero ten cuidado, algunas personas pueden bloquearse por palabras poco adecuadas. Prueba primero con comentarios no muy fuertes pero si picaros, para saber si a tu pareja le gustan mucho o poco, si quiere más, o si prefiere dejar el diálogo hasta ahí. 

“La caricia es un lenguaje, si tus caricias me hablan, no quisiera que se callen”

“Es claro que lo mejor, no es la caricia en sí misma, sino su continuación”, Mario Benedetti




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