Bagdad/Mosul, 7 mar (EFE).-El grupo yihadista
Estado Islámico (EI) destruyó hoy la milenaria ciudad de Hatra,
declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, y que es ya el
tercer sitio arqueológico atacado por los radicales en el norte de Irak
desde finales de febrero.
Las ruinas de Hatra, de hace más de 2.000 años, se
encuentran en la provincia septentrional de Nínive, en manos de los
extremistas desde junio de 2014 y escenario de las otras agresiones
contra el patrimonio iraquí.
El gobernador de la zona de Hatra, donde se ubica
el área arqueológica del mismo nombre, Ali Saleh, dijo a Efe que el EI
comenzó su ofensiva después del mediodía.
"Los yihadistas han arrasado -explicó- con grandes
buldócer monumentos arqueológicos, como el palacio, el templo y la
muralla interna de Hatra", a unos 80 kilómetros al suroeste de la ciudad
de Mosul, capital de Nínive.
El Ministerio iraquí de Turismo y Antigüedades
denunció por su parte que la ciudad fue saqueada y destruida, aunque no
precisó la magnitud de los estragos causados.
"Pese a las advertencias de que los crímenes del
EI iban a proseguir en otros lugares arqueológicos, la respuesta no ha
estado al nivel requerido", lamentó la nota de las autoridades iraquíes,
que criticaron "la lentitud del respaldo de la comunidad
internacional".
Este ataque contra Hatra se produce después de que
el jueves los yihadistas arrasaran la ciudad asiria de Nimrud, y una
semana antes destruyeran el Museo de la Civilización de Mosul, todos
ellos en Nínive.
Hatra, inscrita en la lista del Patrimonio de la
Humanidad de la Unesco en 1985, es una gran ciudad fortificada situada
en la zona de influencia del Imperio Parto, que resistió dos veces el
asalto de los romanos gracias a su muralla provista de torres.
No ha resistido ahora el ataque del EI, que
controla la zona de Hatra desde el pasado junio y que ha convertido el
área en una zona de entrenamiento.
Desde entonces, se desconoce el paradero de la
mayoría de valiosas estatuas que adornaban las paredes de los templos,
según el gobernador Saleh, que apuntó que puede que los yihadistas las
robaran antes de destruir amplias superficies de la ciudad.
Antes de la llegada de los extremistas, el sitio
histórico ya había sido también saqueado y estaba bastante descuidado
por las autoridades.
El investigador de arqueología antigua, Mahmud al
Doleimi, recordó en declaraciones a Efe que a comienzos de la década de
los setenta fue robado el busto del rey Senotroq.
Ese monarca fue uno de los de mayor fama entre los
gobernantes que dejaron una clara huella en la construcción y
prosperidad de Hatra, en árabe Al Hadr.
A inicios de los ochenta, desconocidos robaron
tres importantes estatuas que representaban a personalidades de Estado, y
en el año 2003, durante la invasión estadounidense a Irak,
desaparecieron otras piezas.
Al Doleimi se quejó de que la zona carecía de
suficientes cámaras de vigilancia, mientras que un estudio hecho por la
Universidad de Mosul en el año 2010 ya advirtió de que Hatra estaba
amenazada con ser sepultada por la arena debido al avance del desierto.
Bajo las dunas hay de hecho todavía muchos
tesoros. Según Al Doleimi, las excavaciones arqueológicas efectuadas en
la zona, entre los años 1951 y 1995, no han cubierto el 7% del total de
la superficie.
La Unesco destaca que los vestigios de la ciudad
de Hatra, y más concretamente los de sus templos de arquitectura
grecorromana con ornamentaciones orientales, testimonian la grandeza de
esa civilización.
Hatra, que se cree fue fundada a principios del
siglo II a.C., poseía un sofisticado sistema de baños con mosaicos y
relieves, y una arquitectura que la situaban a la altura, según algunos
expertos, de la antigua Roma.
Toda esta historia no frena a los extremistas del
EI, que justifican sus actos de vandalismo asegurando que los pueblos de
la antigüedad adoraban a ídolos "en vez de a Alá". EFE
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