Por Fausto Araujo
Los productores a nivel local o internacional que desarrollan su cosecha en base a la producción orgánica o ecológica, no convencional, tienen que proceder cuanto antes a capacitarse y certificarse, debido a que si su producción no es 100 por ciento orgánica o ecológica no podrá entrar a la Unión Europea a partir de enero del 2017.
En la República Dominicana –que tiene la gran ventaja y doble bendición a nivel mundial de que su suelo puede producir productos de alta calidad durante los 12 meses del año y además es signataria de un Acuerdo de Asociación Económica con la Unión Europea y los países del CARICOM- existen diversas fincas que aunque se dicen ser orgánica, realmente no lo son en su totalidad, por lo que sería importante que regularicen esa situación a los fines de aprovechar el mercado europeo.
Antes de que una finca pueda adoptar el proceso de producción orgánica y obtener la debida certificación como tal, debe agotar un proceso que se extiende entre 2 a 3 años, lo que implica que las fincas ecológicas o aquellas que quieran pasar de convencional a orgánica en la República Dominicana, tienen que iniciar desde ya los pasos necesarios si quieren penetrar y aprovechar el mercado de la UE.
El país tiene una extraordinaria oportunidad de colocar una inmensa producción de frutas (mangos, guineos, aguacates, entre otros) y vegetales en los 27 países que integran la UE, con un mercado de alrededor de 480 millones de consumidores, pero a los fines de poder alcanzar ese gran mercado y tener éxito, la producción tiene que ser 100% orgánica o ecológica y estar debidamente certificada.
En ese tenor, gobierno, sector privado, gremios, asociaciones del sector y academias tienen que apurar el paso para que ganemos tiempo, terreno, oportunidades de mercados y ser más competitivos.
Actualmente existe una sola universidad que imparte formación en materia de producción orgánica en la República Dominicana.
(La agricultura orgánica –que combina tradición, innovación y ciencia- es un sistema de producción que trata de utilizar al máximo los recursos de la finca, dándole énfasis a la fertilidad del suelo y la actividad biológica, al tiempo que minimiza el uso de los recursos no renovables y no utilizar fertilizantes y plaguicidas sintéticos a los fines de proteger el medio ambiente y la salud humana. La misma garantiza alimentos sabrosos, nutritivos, sanos, trazables y carentes de residuos de productos químicos.
A nivel mundial, la tendencia por el consumo de productos libres de residuos tóxicos, sanos y amigables al ambiente, empieza a dar sus primeros pasos en la década de los años 70, especialmente en Europa y es a finales de la década de los años 90 cuando se convierte en una fuerte tendencia del mercado, la cual en la actualidad sigue un notable y extraordinario ritmo de crecimiento en mercados de tanta importancia como los de Norteamérica, Europa y Asia.
En estos momentos en que la producción orgánica y el consumo de sus productos crecen cresen vertiginosamente a nivel internacional, existen aproximadamente 31 millones de hectáreas manejadas ecológicamente en más de 120 naciones, la mayoría de ellas países en vías de desarrollo cuya producción se orienta hacia la exportación.
En América Latina la agricultura orgánica –que los expertos afirman que aporta pingues beneficios en lo económico, ecológico y social- toma importancia a partir de la década de los años 90 (especialmente en productos como café, especias, guineos, vegetales, medicinales y productos no maderables de bosque, que se ofertan en un mayor volumen). Es en esa década que se da inicio a los procesos de certificación de fincas y, en efecto, a un mayor manejo del tema.
Ante el evidente e inocultable crecimiento que viene registrando la demanda mundial de productos de origen orgánico (cereales, papas, hortalizas, frutas, carne, leche, etc.), existen en el territorio nacional grandes posibilidades para este tipo de producción, dado que el nivel de uso de los agroquímicos no ha alcanzado valores críticos de contaminación.
Grena, una compañía Italiana, dedicada al mundo de los fertilizantes y la producción 100 por ciento orgánica y certificada, cuyos representantes en el país, a través de Grena Dominicana, son los señores Roberto Rossi y Elena Zorzetto, está en la disposición de enviar especialistas italianos al país para brindar gratuitamente asesorías, orientaciones y capacitación en torno a la producción orgánica y cómo obtener la certificación en Europa.
Además, próximamente hay un evento que ha de ser aprovechado por las autoridades y los productores de frutas y vegetales dominicanos a los fines de conquistar mercados: se trata de la Feria “Macfrut 2015,” la cual con esos fines tendrá lugar en la Emilia Romana, Italia, durante los días 23, 24 y 25 de septiembre de 2015.
La nueva disposición de la UE sobre la producción no convencional está contenida en la Propuesta de Reglamento del Parlamento Europeo y del Consejo sobre producción ecológica y etiquetado de los productos ecológicos, por el que se modifica el Reglamento (UE) No. XXX/XXX del Parlamento Europeo y del Consejo [Reglamento sobre controles oficiales] y se deroga el Reglamento (CE) No. 834/2007 del Consejo.
La iniciativa toma en cuenta que: “en los últimos diez años el mercado de los productos ecológicos se ha caracterizado por un dinámico desarrollo, impulsado por un acusado crecimiento de la demanda. El mercado mundial de los alimentos ecológicos se ha cuadruplicado desde 1999. La superficie dedicada a la producción ecológica en la Unión Europea (en lo sucesivo, «la Unión») se ha duplicado”.
“Todos los años –agrega el proyecto- se convierten a la agricultura ecológica 500 000 ha de tierras. No obstante, ni la oferta interior ni el marco legislativo se han ido adaptando a esta expansión del mercado. Las normas de producción no tienen suficientemente en cuenta la evolución de las expectativas y preocupaciones de los consumidores y los ciudadanos, las normas de etiquetado son complicadas y se han detectado deficiencias en el sistema de control y el régimen comercial”.
En efecto, la propuesta tiene por objeto mejorar la normativa sobre la producción ecológica a fin de: eliminar los obstáculos que impiden el desarrollo sostenible de la producción ecológica en la Unión; garantizar una competencia leal a agricultores y operadores e impulsar un funcionamiento más eficaz del mercado interior, y mantener o acrecentar la confianza del consumidor en los productos ecológicos.
En lo que a nosotros concierne, tenemos que adecuar y garantizar que las fincas que se dicen ser de producción orgánica cumplan con ese requisito en un 100% y que además procedan a certificarse para poder aprovechar de manera ventajosa el inmenso mercado europeo y el de otros continentes que aguardan con sobrado interés por el exquisito sabor de los vegetales y las frutas dominicanas.
Los productores a nivel local o internacional que desarrollan su cosecha en base a la producción orgánica o ecológica, no convencional, tienen que proceder cuanto antes a capacitarse y certificarse, debido a que si su producción no es 100 por ciento orgánica o ecológica no podrá entrar a la Unión Europea a partir de enero del 2017.
En la República Dominicana –que tiene la gran ventaja y doble bendición a nivel mundial de que su suelo puede producir productos de alta calidad durante los 12 meses del año y además es signataria de un Acuerdo de Asociación Económica con la Unión Europea y los países del CARICOM- existen diversas fincas que aunque se dicen ser orgánica, realmente no lo son en su totalidad, por lo que sería importante que regularicen esa situación a los fines de aprovechar el mercado europeo.
Antes de que una finca pueda adoptar el proceso de producción orgánica y obtener la debida certificación como tal, debe agotar un proceso que se extiende entre 2 a 3 años, lo que implica que las fincas ecológicas o aquellas que quieran pasar de convencional a orgánica en la República Dominicana, tienen que iniciar desde ya los pasos necesarios si quieren penetrar y aprovechar el mercado de la UE.
El país tiene una extraordinaria oportunidad de colocar una inmensa producción de frutas (mangos, guineos, aguacates, entre otros) y vegetales en los 27 países que integran la UE, con un mercado de alrededor de 480 millones de consumidores, pero a los fines de poder alcanzar ese gran mercado y tener éxito, la producción tiene que ser 100% orgánica o ecológica y estar debidamente certificada.
En ese tenor, gobierno, sector privado, gremios, asociaciones del sector y academias tienen que apurar el paso para que ganemos tiempo, terreno, oportunidades de mercados y ser más competitivos.
Actualmente existe una sola universidad que imparte formación en materia de producción orgánica en la República Dominicana.
(La agricultura orgánica –que combina tradición, innovación y ciencia- es un sistema de producción que trata de utilizar al máximo los recursos de la finca, dándole énfasis a la fertilidad del suelo y la actividad biológica, al tiempo que minimiza el uso de los recursos no renovables y no utilizar fertilizantes y plaguicidas sintéticos a los fines de proteger el medio ambiente y la salud humana. La misma garantiza alimentos sabrosos, nutritivos, sanos, trazables y carentes de residuos de productos químicos.
A nivel mundial, la tendencia por el consumo de productos libres de residuos tóxicos, sanos y amigables al ambiente, empieza a dar sus primeros pasos en la década de los años 70, especialmente en Europa y es a finales de la década de los años 90 cuando se convierte en una fuerte tendencia del mercado, la cual en la actualidad sigue un notable y extraordinario ritmo de crecimiento en mercados de tanta importancia como los de Norteamérica, Europa y Asia.
En estos momentos en que la producción orgánica y el consumo de sus productos crecen cresen vertiginosamente a nivel internacional, existen aproximadamente 31 millones de hectáreas manejadas ecológicamente en más de 120 naciones, la mayoría de ellas países en vías de desarrollo cuya producción se orienta hacia la exportación.
En América Latina la agricultura orgánica –que los expertos afirman que aporta pingues beneficios en lo económico, ecológico y social- toma importancia a partir de la década de los años 90 (especialmente en productos como café, especias, guineos, vegetales, medicinales y productos no maderables de bosque, que se ofertan en un mayor volumen). Es en esa década que se da inicio a los procesos de certificación de fincas y, en efecto, a un mayor manejo del tema.
Ante el evidente e inocultable crecimiento que viene registrando la demanda mundial de productos de origen orgánico (cereales, papas, hortalizas, frutas, carne, leche, etc.), existen en el territorio nacional grandes posibilidades para este tipo de producción, dado que el nivel de uso de los agroquímicos no ha alcanzado valores críticos de contaminación.
Grena, una compañía Italiana, dedicada al mundo de los fertilizantes y la producción 100 por ciento orgánica y certificada, cuyos representantes en el país, a través de Grena Dominicana, son los señores Roberto Rossi y Elena Zorzetto, está en la disposición de enviar especialistas italianos al país para brindar gratuitamente asesorías, orientaciones y capacitación en torno a la producción orgánica y cómo obtener la certificación en Europa.
Además, próximamente hay un evento que ha de ser aprovechado por las autoridades y los productores de frutas y vegetales dominicanos a los fines de conquistar mercados: se trata de la Feria “Macfrut 2015,” la cual con esos fines tendrá lugar en la Emilia Romana, Italia, durante los días 23, 24 y 25 de septiembre de 2015.
La nueva disposición de la UE sobre la producción no convencional está contenida en la Propuesta de Reglamento del Parlamento Europeo y del Consejo sobre producción ecológica y etiquetado de los productos ecológicos, por el que se modifica el Reglamento (UE) No. XXX/XXX del Parlamento Europeo y del Consejo [Reglamento sobre controles oficiales] y se deroga el Reglamento (CE) No. 834/2007 del Consejo.
La iniciativa toma en cuenta que: “en los últimos diez años el mercado de los productos ecológicos se ha caracterizado por un dinámico desarrollo, impulsado por un acusado crecimiento de la demanda. El mercado mundial de los alimentos ecológicos se ha cuadruplicado desde 1999. La superficie dedicada a la producción ecológica en la Unión Europea (en lo sucesivo, «la Unión») se ha duplicado”.
“Todos los años –agrega el proyecto- se convierten a la agricultura ecológica 500 000 ha de tierras. No obstante, ni la oferta interior ni el marco legislativo se han ido adaptando a esta expansión del mercado. Las normas de producción no tienen suficientemente en cuenta la evolución de las expectativas y preocupaciones de los consumidores y los ciudadanos, las normas de etiquetado son complicadas y se han detectado deficiencias en el sistema de control y el régimen comercial”.
En efecto, la propuesta tiene por objeto mejorar la normativa sobre la producción ecológica a fin de: eliminar los obstáculos que impiden el desarrollo sostenible de la producción ecológica en la Unión; garantizar una competencia leal a agricultores y operadores e impulsar un funcionamiento más eficaz del mercado interior, y mantener o acrecentar la confianza del consumidor en los productos ecológicos.
En lo que a nosotros concierne, tenemos que adecuar y garantizar que las fincas que se dicen ser de producción orgánica cumplan con ese requisito en un 100% y que además procedan a certificarse para poder aprovechar de manera ventajosa el inmenso mercado europeo y el de otros continentes que aguardan con sobrado interés por el exquisito sabor de los vegetales y las frutas dominicanas.
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