viernes, 22 de agosto de 2014

QUE NO GANE LA MEDIOCRIDAD


Mercedes Paulino
Tratar de defender lo que no tiene defensa es un grave error en la comunicación, defender lo que no necesita defensa no debe ser el papel nuestro en este medio, sin embargo cuando las circunstancias lo demandan, salir en defensa de la honra de una persona a la que conocemos y por la cual estaríamos dispuesto a arriesgar nuestra credibilidad es y será siempre un alto honor, fuera del deber de informar.
Después de pasado el 16 de Agosto 2014, muchas voces se han levantado en nuestra provincia reclamando la presidencia de la sala capitular para una u otra de las planchas que terciaron en la elección del nuevo equipo que dirigirá las actividades en la sala capitular de nuestro ayuntamiento, las acusaciones como tal carentes o no de argumentos son comunes en nuestro medio siempre que se realizan elecciones, no podemos olvidar aquella frase de nuestro actual presidente Danilo Medina Sánchez “Me venció el  Estado”, para definir su derrota en el 2007 en la convención de su partido.

En nuestro día faltan en nuestra provincia personas que ligadas a la política sean también un ejemplo como seres humano, en esta sociedad donde hace falta transparentar el quehacer político, la dignidad de una señora como doña Mercedes nadie la puede poner en dudas, su hoja de servicio está ahí, sus posiciones para evitar bellaquerías en el ayuntamiento están ahí, su seriedad en todo su accionar está ahí, su valor para enfrentar la corrupción está ahí. Parece ilógico tratar de ensuciar el honor de personas como doña Mercedes, empleando para esto no solo epítetos burdos y soeces, si no llegando a acusar de acciones inmorales a personas que tienen una dilatada y aquilatada hoja de servicio en su comunidad, barrio, sector o ciudad, pero la desesperación los ha llevado hasta eso.
Resulta que cuando las acusaciones son hechas contra una persona a quien conozco hace unos treinta años, la cual es madre de seis hijos cuatro de los cuales son mis amigos, compañeros y rivales de partidos de Fútbol, no puedo quedarme como quien ve pasar frente a su casa el cadáver de un desconocido, esta señora quien hoy es concejal en nuestro ayuntamiento, es primero que eso la madre de Juanito, de Huáscar, de José, de Nino, de Soraya y de Mercedes María, a Ella la conocí al lado de una cafetería frente a la primaria del Instituto Politécnico Loyola y con sus hijos Jugué y de ellos me hice amigo y con ellos aprendí a respetarla.
Hoy cuando desaprensivos de nuestra política local quieren ensuciar su nombre y manchar su honor, yo no puedo permanecer indiferente, no sería coherente con la amistad, el cariño y el respeto que siento hacia estos extraordinarios hijos que Ella alimentó, educó y desarrolló bajo su responsabilidad, no es correcto descalificar a quien trata de ofender usando sus propios términos, por lo que solo digo que si en esta provincia existe un mínimo de honor entre los políticos, entonces todos están llamados a defender y apoyar a doña Mercedes, a defender su honra y a solicitar que paguen en la justica quienes de manera tan vil han tratado de ensuciar su nombre.

Por  doña Mercedes, en mi nombre y el nombre de los amigos de  sus hijos exigimos que  no se limite a una simple excusa, No, en su caso exigimos que se someta y pague en la justicia quien ha cometido y quien pueda estar detrás de este acto cobarde de tratar de dañar su honor, nosotros que sabemos bien quién es usted doña Mercedes y le recordamos que no está, ni estará sola, porque la justicia divina se ha de aplicar si no se aplica la justicia de los Hombres.

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