sábado, 25 de abril de 2015

Posición de PC frente a la Reelección



El movimiento cívico no partidista Participación Ciudadana emitió un documento en el que rechaza los aprestos oficialistas para modificar la Constitución y reintroducir de nuevo la reelección presidencial.  En una nota de prensa enviada a los medios, la entidad cívica expresa diez puntos en los cuales expresa porqué se opone a la reelección.  A continuación el documento textual enviado por la organización.

 
Ante la decisión del Comité Político del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) de proponer una nueva reforma a la Constitución de la República para que el presidente Danilo Medina pueda optar por la reelección, Participación Ciudadana desea expresar su oposición, coherente con lo que hemos sustentado desde nuestra fundación hace 22 años.

            1.- Como hay muchas personas de corta memoria comenzamos por recordar que en 1994 favorecimos la prohibición de la reelección consecutiva, por considerarla necesaria por algunas décadas para el fortalecimiento institucional dominicano. También estuvimos entre las entidades de la sociedad civil más opuestas al restablecimiento de la reelección consecutiva que realizó la Asamblea Nacional en el 2002, entonces bajo dominio del Partido Revolucionario Dominicano, para beneficiar al presidente Hipólito Mejía. Así mismo fuimos de los organizadores de una vigilia nocturna al Congreso Nacional, y asistimos en actitud de rechazo a la sesión donde se aprobó la reforma. Nuestro fundamento quedó de manifiesto en un folleto del que distribuimos diez mil ejemplares, bajo el título "En la Historia Dominicana la Reelección ha sido Antidemocrática".

            2.- Nos inscribimos también críticos consistentes del proceso que culminó en la Constitución auspiciada por el presidente Leonel Fernández y promulgada en el 2010, que desconoció el viejo compromiso de una Asamblea Constituyente de elección popular. Entonces también nos opusimos a la actual formulación de reelección indefinida con un período de intervalo, por entender que estaba hecha a la medida para que ese mandatario pudiera evadir la limitación de dos períodos de gobierno y nunca más establecida en el 2002.

3.- La reforma que ahora se propone es la reiteración histórica de que la Constitución de la República es un papel que se arruga cada vez que un gobernante alcanza los finales de su período de gobierno para que pueda prolongarse en el poder, siempre a costa de vulnerar la institucionalidad democrática, dentro de sus propios partidos y luego con el abuso de los poderes del Estado, siempre aduciendo la necesidad de continuar y/o concluir su obra de gobierno. La aprobación de 23 personas en un órgano ejecutivo del partido gobernante no puede sustituir un precepto constitucional tan importante para la institucionalidad democrática. El primer costo institucional es que el Comité Político peledeísta ha ignorado que  "la dirección e instancia superior del Partido después del Congreso Nacional", es su Comité Central, según establece los artículos 13  y 17 de los Estatutos del PLD. El segundo costo institucional, también histórico, será el tráfico de influencias y compra de conciencias para conseguir la mayoría calificada de dos terceras partes de los votos de la Asamblea Nacional, de la que no disponen los propiciadores del proyecto. Y un tercer costo pudiera ser el fraccionamiento del propio partido.

            4.- Treinta y ocho reformas constitucionales, en 171 años de la República, equivale a una cada 4.5 años. De ellas 32 han sido para propiciar la reelección o para, ampliar el poder o los años del mandatario de turno. Y la próxima sería la cuarta en apenas dos décadas. En el Siglo XXI, andamos en el eje circular de todo el Siglo XIX y comienzo del XX.

            5.- Somos, conjuntamente con Haití, los dos países con más reformas constitucionales en el mundo, lo que es indicativo de la extrema debilidad institucional de nuestra democracia. Otra  reforma  constitucional para propiciar la  reelección, en nada contribuiría al desarrollo democrático y  lo que genera es  la personalización del Estado, más allá de  la esencia  de la democracia, donde el poder  debe  radicar  en sus instituciones.

6.- Como movimiento cívico no partidista, Participación Ciudadana pretende coadyuvar al logro de una firme institucionalidad democrática que auspicie el desarrollo social, justo y equilibrado de la nación dominicana. Nuestra  Declaración  de Principios, plantea el rechazo del ”legado autocrático que permea  las  estructuras  del Estado y de la propia sociedad civil, y que menoscaba  el despliegue  de las potencialidades del conjunto social dominicano al concentrar y personalizar  el poder en desmedro  de la institucionalidad  democrática”.

7.- Es en ese marco programático que no podemos estar de acuerdo con una nueva reforma constitucional, para auspiciar la reelección de un gobernante, más aún cuando la actual Constitución tiene apenas 5 años y 2 meses y todavía no hemos podido adecuar a la misma un amplio paquete de leyes, así como desarrollar las que la propia carta magna exige, incluyendo la de partidos políticos y la del régimen electoral.

            8.- Independientemente de la percepción favorable del presidente Danilo Medina en las encuestas, la sociedad dominicana no se merece otra reforma constitucional en beneficio de los intereses políticos de turno. El ejercicio  de una ética política, llama a no incrementar tensiones que  desvían los esfuerzos  necesarios para encaminar el país  hacia las reformas  estructurales que coadyuven   a una mejor  distribución  de la riqueza,  al combate firme contra la pobreza y a asumir a plenitud la Estrategia Nacional  de Desarrollo, que  contiene cambios que ya  debieron producirse.

            9.- Por todas esas razones Participación Ciudadana apela al presidente Danilo Medina para que haga lo que nunca se ha hecho en la historia nacional y desestime la propuesta de reforma constitucional, con lo cual daría un ejemplo de coherencia con criterios que sostuvo anteriormente, incluso al inicio de su gestión gubernativa.

            10.- El presidente Danilo Medina haría un gran servicio al fortalecimiento de la institucionalidad democrática si el fuerte liderazgo que ha obtenido en su partido y la amplia aprobación de la ciudadanía la concentra para impulsar las reformas políticas que requiere la nación, como son: La ley orgánica del régimen electoral y la ley de partidos que garanticen una competencia electoral equitativa y plenamente democrática en los comicios del 2016.

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