Por Gabriel Lorenzo Casilla
Durante los primeros seis meses del
año dos mil quince (2015), se ha sentido en la agropecuaria como hacia varios
años que no se producía una falta de agua, tanto para la producción agropecuaria,
como para el consumo humano.
Naturalmente, es lógico que se le de
prioridad al consumo humano, pero a pesar de ello se ha sentido en ambas, sin
que se busquen alternativas que no son tantas las que se pueden poner en
práctica, para resolver este problema que afecta la economía del país y que
aumenta la pobreza en sentido general.
Visitando el distrito de Santana, el
domingo cuatro de julio del presente año (2015), observé el rio NIZAO, a nivel del puente LUCAS DIAZ,
que cientos de metros cúbicos del preciado líquido se van al MAR CARIBE, donde
no se necesitan, y me parece interesante presentar la idea de que se aproveche
esa cantidad de agua para la agropecuaria para ambas provincias, construyendo
un canal que recoja toda esa agua y se vierta al canal MARCOS A. CABRAL, con
ello se conjuraría esa falta de agua para la agropecuaria y la economía se
levantaría de nuevo en ambas provincias.
La inversión que el ESTADO DOMINICANO
tendría que hacer sería mínima, en el sentido que se ampliaría en el canal
MARCOS A. CABRAL, haciendo la obra de toma más abajo del puente LUCAS DIAZ, habría que hacer un túnel que conduzca el
agua hasta el canal citado.
Los dominamos tenemos y debemos
invertir en la educación, manejo y uso del agua en el país. No existe en el país la cultura que eduque a
los dominicanos, para que comprendamos que sin agua no hay vida ni humana ni
vegetal y si no le ponemos atención a esta situación, el país sufrirá graves
consecuencias en un futuro no lejano.
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