Los manifestantes ondearon la bandera dominicana y
lanzaron consignas en contra de la OEA y del gobierno haitiano, y
muchas personas levantaban las manos en señal de apoyo a la protesta
desde residencias y establecimientos comerciales.
Agentes de la Policía Nacional fueron desplegados
en la zona portanado armas largas, cortas y gases lacrimógenos, aunque
no se reportaron incidentes durante la marcha, que concluyó con una misa
en la parroquia de la zona presidida por el párroco Domingo Collado,
quien dijo que la soberanía dominicana es innegociable.
Radhamás Gómez, presidente de la Asociación para
el Desarrollo de Comunidad Unida de Cienfuegos y barrios del noroeste de
Santiago, entidad que organizó la jornada, advirtió a la OEA y demás
organismos extranjeros de que los dominicanos no están dispuestos a
tolerar sus intromisiones en los asuntos internos, sobre todo en materia
migratoria.
Según Gómez, "fuerzas extrañas presionan a la
República Dominicana para que cargue con la pobreza de Haití, pero un
país pobre no puede asumir la pobreza de otro", por lo que insistió en
rechazar "las presiones que se ejerce en contra del país".
Asimismo, aseguró que, desde hoy, se mantendrán en
vigilia permanente, en defensa de la soberanía nacional porque "después
de batallar para tener su libertad, la Republica Dominicana luego no va
a permitir que extraños traten de destruirla".
En ese orden, opinó que "el país no puede
prolongar por más tiempo su silencio, mientras Haití, con el apoyo de
países de la región y organismos internacionales, sigue agrediendo la
soberanía del pueblo dominicano", dijo Gómez. EFE
Fuente: El Nuevo Diario
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