Por Gabriel Lorenzo Casilla
Ing. Hamlet Hermann |
Cuando
se creó esta institución dirigida por el distinguido profesor HAMLET HERMANN,
el cual satisfizo con creces su accionar, todos los dominicanos nos
sentíamos complacidos con su manera de actuar y se cosecharon frutos
positivos y ello permitió bajar las estadísticas de accidentes y muertes,
pero después de pasar la administración al mando de la policía se implantó
el desorden y esa institución solo sirve para recaudar fondos para satisfacer
el reino del abuso.
El
trabajo de la AMET en San Cristóbal, principal es perseguir en una calle a
los motoristas que no tienen el casco puesto, durante en esta actividad unas
cuantas horas y cuando completan la cuota de ese día se van con el camión
llenos de motores y los dueños de los motores tienen que pagar mil y pico de
pesos y coger lucha para entregarles los motores, el resto del día los
motoristas siguen conchando sin cascos, lo que deja ver que es una búsqueda lo
que tienen, esto no es dizque para evitar que el motorista se mate en un accidente
de tránsito. Es un relajo de marca mayor, crear instituciones para fastidiar a
las personas serias, que para no delinquir, se ven obligados a tomar el motoconcho
como una alternativa.
En
las calles usted encuentra los vehículos parqueados en las aceras, en el propio
cuartel de la policía, usted encuentra los vehículos mal estacionados, es que
el país no tiene policías, ahora donde debe haber un cabo, encuentra a un mayor
o a un coronel, el ESTADO DOMINICANO debe asumir que la policía sea un
servicio gratis, donde el ciudadano se mete a policía y presta servicio gratis
y su pago que se la busque como están ahora.
Son
cientos los robos, atracos y homicidios que se quedan que no llegan a la
prensa, no son pocos y que coger a poner la denuncia a la policía a poner la
querella o denuncia es perder el tiempo. No se quiere una policía abusadora,
delincuente, irrespetuosa, criminal. El pueblo necesita una policía que proteja
a la ciudadanía, una policía protegida por el ESTADO, que reciba la
protección, no es necesario que tengamos cuarenta o cincuenta mil policías,
para cuidar a los miles de funcionarios corruptos y a delincuentes. El Estado
necesita quince mil policías, que sean verdaderos policías que hagan cumplir a
leyes que se les ordenan, no matones, ni abusadores relacionados con los
delincuentes.
Hagamos
una parada firme en la planicie de la vida, defendamos a los inocentes, pero
nunca defendamos, ni justifiquemos que quienes se dedican a violar, atracar, a
matar y hacer de sus vidas un tormento para los demás, merecen vivir en
democracia y en libertad.
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