Por Fausto Araújo
Santo Domingo.-Con la Estrategia Nacional de Desarrollo, la puesta en marcha del PNCS,
algunos factores que han incidido en Asia -especialmente en China Popular- y,
sobre todo, gracias a una serie de medidas y acciones puntuales encaminadas por
las autoridades nacionales y el empresariado, el sector zonas francas de la
República Dominicana ha venido obteniendo una recuperación verdaderamente
excepcional.
Altos costo de producción le
restan competitividad a China Popular –que es el mayor fabricante del mundo- lo
que beneficia a naciones como República Dominicana y México. Empresarios
locales están esperanzados en que en unos cinco años podrían duplicar el número
de empleos en el sector y el volumen de las exportaciones.
Ahora falta que se trabaje
aceleradamente en el encadenamiento productivo y la reconversión industrial
entre los diferentes renglones de producción, tanto dentro como fuera de zonas
francas, en el ámbito nacional.
Aunque en plena mitad de la
década del 2000 en el ramo textil y confecciones de zonas francas del país se
perdieron cerca de 67 mil empleos a causa del desmantelamiento del Acuerdo de
Textiles y Vestidos (ATV) de la Organización Mundial del Comercio, del año 2005
al primer trimestre del 2014 se concedieron más de 455 permisos en el Consejo
Nacional de Zonas Francas para la instalación de nuevas empresas.
La mayoría de esas empresas
ya se instalaron, entre ellas las multinacionales Sara Lee y Gildan Activewear.
El desmantelamiento del
Acuerdo Multifibras por parte de la OMC que –desde el 1 de enero del 2005-
permite la entrada libre de cuotas de todas las confecciones textiles a Estados
Unidos, ha afectado de manera dramática y crucial la competitividad en ese
renglón de República Dominicana y Centroamérica por la incursión al mercado
norteamericano de las confecciones de China, Vietnam, Bangladesh, Marruecos, la
India y Pakistán.
Ante esa realidad una gama
importante de empresas de zonas francas empezaron ha dejar de confeccionar
tejidos, ha diversificar su producción y a mudarse hacia otras actividades del
área tecnológica, como son los Works Center, la fabricación de tecnología de
software y cartuchos de tintas para computadoras, impresoras y fax, partes de
turbinas de avión, piezas de marcapasos, carrusel de música para bebes,
reparación de helicópteros y diseños computarizados de planos arquitectónicos.
De igual manera, en empresas
alojadas en parques de zonas francas del país, también, se están confeccionando
los tiques de American Arlines, maniquís de pruebas para choques en vehículos,
mientras que existen varias compañías dedicadas a la exportación hacia Estados
Unidos y Puerto Rico de pimientos morrones, melones, ajíes y berenjenas
empanizadas, entre otros.
Así mismo, en muchos lugares,
como en las regiones Este y Norte de la República Dominicana, los trabajadores
textiles de empresas de zonas francas cerradas han constituido micro y pequeñas
empresas de confección con muy buenos resultados.
El ramo particular de zonas
francas que ha sido afectado por la competencia feroz de China y Vietnam es el
de textil y confección, pero que los demás sectores como calzados, productos
eléctricos y electrónicos, tabacos y derivados, productos médicos y
farmacéuticos, joyería, cartón impreso, servicios y otros han alcanzado un
crecimiento sostenido en los últimos años.
Las autoridades nacionales,
sin perdidas de tiempo, pusieron en marcha y anunciaron una serie de medidas
para garantizar la competitividad y el relanzamiento del sector de zona franca,
entre las que se destacan la creación de un fondo especial inicial de 1 mil 200
millones de pesos para la reconversión de las empresas.
Así mismo, la designación por
parte de la Superintendencia de Electricidad como usuarios no regulados a las
empresas del sector para que adquieran la energía a una menor tarifa y la
disposición de la Dirección General de Aduanas de reducir la tasa por servicios
que cobra a todo exportador, ofreciendo un tratamiento especial al sector de
zonas francas.
Otras disposiciones son la
rebaja de las tarifas, hasta en un 25 por ciento, por renta de edificios, la
importación de combustibles libres de impuestos y la prorroga de la OMC para
que Republica Dominicana siga dando incentivos al sector zona franca.
De manera especial hay que
destacar la aprobación en el Congreso Nacional e inmediata promulgación de la
Ley 56-07, de Reconversión Industrial, que dispone la liberalización fiscal
especial (exención del Itebis, impuestos sobre la Renta y aranceles) en
beneficio de los sectores pertenecientes a la cadena de algodón, fibra,
textiles, confección y accesorios; pieles, fabricación de calzado y manufactura
de cuero dentro y fuera de las zonas francas.
Las nuevas legislaciones a
favor del sector zona franca, unidas a la que procura fomentar las MIPYMES y a
la 392-07 de Competitividad e Innovación Industrial, desde ya están dando un
empuje sin precedentes a todo el sector manufacturero del país, tanto dentro
como fuera de zonas francas.
Actualmente, la participación
en el mercado de China Popular –que es el mayor fabricante del mundo- se ha
visto seriamente afectada y registrando pérdida de competitividad por el
aumento significativo de sus costos de producción, la rápida inflación de
salarios, la depreciación del Yuan, el no incremento a tiempo de su
productividad y la complejidad de su cadena de abastecimiento.
Una investigación del Índice
de Costos de Manufactura del Boston Consulting Group (BCG) explica que China ya
está a 96% de paridad de costo de producción con los Estados Unidos, incluyendo
toda la industria en general, y que para el año 2015, el costo promedio de
labor para manufactura en México sería de un 19% más bajo que en la nación
asiática, cuando 14 años atrás, en el 2000, el costo de mano de obra en México
era 58% más caro que en China.
Los expertos aseguran que el
continuo crecimiento económico de China y el envejecimiento de su fuerza
laboral provocarán que sus costos laborales sigan subiendo, lo que hará posible
que países como la República Dominicana y México continúen ganando mercados.
La coyuntura es tan
favorable, que los líderes del sector afirman que si el país aprovecha las
potencialidades que ofrecen las zonas francas, se podrían duplicar el número
actual de empleados del ramo y el volumen de exportaciones, hasta llegar a 300
mil empleos y 10 mil millones de dólares en un período de cinco años,
respectivamente.
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