Por Fausto Araújo
Con
tristeza, pero prestos a seguir luchando con valentía por nuestra
democracia, arribamos este viernes al 52 aniversario del repudiable
golpe de Estado perpetrado en la madrugada del 25 de septiembre de 1963
contra el gobierno del profesor Juan Bosch, quien gano abrumadoramente
las elecciones del 20 de diciembre de 1962 y juro como Jefe de Estado el
27 de febrero de 1963, dando inicio a una gestión de gobierno ejemplar,
patriótica, de amplias y profundas reformas, de incuestionable
honestidad administrativa y de profundo reordenamiento económico y
social.
Con
esa fatídica y abrupta ruptura del orden democrático establecido, la
democracia dominicana sufrió el peor aborto del siglo XX y uno de los
más graves de toda su historia.
El gobierno de Bosch –como se
sabe- fue derrocado por un golpe militar apoyado por las fuerzas más
conservadoras del país, las cuales fueron estimuladas y apoyadas desde
el exterior. No obstante, tal y como el maestro de la política ha
señalado que “la lucha de los pueblos es constante; nacen mártires donde
muere uno, florecen las ideas allí donde las persiguen; un pasado
heroico, cuajado de nobles hombres, estimula a los jóvenes e ilumina el
porvenir”:
En menos de dos años después de producirse el golpe de
Estado, se produjo el levantamiento militar del 24 de abril de 1965,
cuyo objetivo era reestablecer el gobierno que Bosch había presidido, y
la vigencia de la constitución que su gestión había promulgado, el 29 de
abril de 1963.
El
ejercicio gubernamental de Bosch se caracterizó por respetar
estrictamente los derechos humanos y las libertades públicas y, sobre
todo, por haber impulsado una serie de proyectos en el aspecto económico
y social de extraordinarias trascendencias, como veremos más adelante.
Con
el transcurrir del tiempo los aspectos que más se resaltan de ese
interesante ensayo democrático son el respeto que primó en los derechos
de los ciudadanos y en las libertades públicas.
Sin embargo,
cuando se pasa un balance minucioso a la obra de gobierno y a los
proyectos concretos emprendidos por Bosch se puede coincidir con los
historiadores, intelectuales, políticos y economistas que señalan que su
fatídico derrocamiento ha retrasado el desarrollo económico y social
del país por no menos de 50 largos años.
Según
se desprende de publicaciones hechas en los periódicos El Caribe y
Listín Diario de la época y de la Constitución de 1963, el gobierno de
Juan Bosch echó las bases del desarrollo económico y social de la
República Dominicana, encaminó acciones concretas para sembrar el país
de fábricas, industrias y acueductos; de incentivar la agricultura y la
pecuaria, de rescatar la escuela dominicana, enficientizar el sistema
sanitario nacional y proteger el medio ambiente.
En virtud de las
obras contratadas por el presidente Bosch, si este no hubiese sido
derrocado -como aconteció en aquel oscuro septiembre de 1963- la
sociedad dominicana no estuviera hoy en día sufriendo de tantas
carencias fundamentales, y quizás tuviera el mismo grado de desarrollo
económico y social que hoy exhibe con orgullo la República China de
Taiwán.
El gobierno de Bosch -dentro del elevado grado de apertura
y participación que exhibió- abrió las puertas del Palacio Nacional al
pueblo y, en ese sentido, todos los miércoles el presidente de la
República desayunaba con representantes de los diferentes sectores del
país, a fin de escuchar sus planteamientos y procurar soluciones en
conjunto.
Bosch, quien asumió el Poder el 27 de febrero de 1963,
encontrando el pueblo dominicano sumido en un estado de miseria general
alarmante, promulgó una Constitución de las más modernas y avanzadas de
la época.
El
Consejo de Estado, que había dirigido los destinos de la nación antes
del ascenso de Bosch al Poder, dejó al Estado en una situación de
bancarrota tal que el nuevo gobierno tuvo que hacer malabares para poder
pagar los sueldos de los empleados públicos correspondientes al mes de
marzo y para eliminar un déficit de 53 millones 500 mil pesos que se
registró en el presupuesto gubernamental, el cual era de 176 millones de
pesos.
A pesar de todos esos y otros obstáculos, el presidente
organizó la economía del país, reorganizó los distintos departamentos de
la administración pública, pagó la deuda externa, consolidó la moneda
nacional y el crédito interno y externo del Estado, aumentó los salarios
y congeló los precios de los productos de primera necesidad.
Se
recuerda que fue Bosch quien creó y promulgó, el 23 de abril de 1963, la
Ley 13, de protección a la economía popular, mediante la cual se
consideraban productos básicos todos aquellos cuyo uso y consumo se
consideren razonablemente imprescindibles para el sostenimiento de la
vida humana. Asimismo, el gobierno dispuso el levantamiento de unas 200
denominadas tiendas del pueblo para ofertar productos a la población a
precios asequibles.
En el aspecto económico, las autoridades de
1963 también dispusieron, a través de la Corporación de Fomento
Industrial, un plan de ayuda a la pequeña y mediana industria y
artesanía; la construcción de un hotel turístico en Samaná para fomentar
el turismo; la instalación de una fábrica de aceite vegetal en la zona
cocotalera, una de ropa, en Barahona; una de cemento en Montecristi; y
otra de acero que se llamaría Metaldom.
De
igual manera, el presidente impartió instrucciones para la organización
de una pesca familiar, con miras a dotar de conocimientos pesquero a
familias pobres para que se dediquen a esa actividad con una inversión
mínima de fondos.
También ordenó que se hiciera un plano regulador
de Haina para que esa localidad se desarrollara como una ciudad que
dentro de 20 años se convertiría en un centro económico importante; y
negoció con la firma europea Overseass Industrial Constrution LTD,
representantes de la General Electric de Inglaterra, la construcción de
una planta eléctrica, un nuevo muelle y el dragado del puerto de Puerto
Plata, con miras a incentivar el turismo y el desarrollo industrial en
la zona.
Cuando esas corporaciones apenas eran conocidas en el
mundo, el gobierno de Juan Bosch promulgó la Ley número 38, disponiendo
la construcción de la Zona Franca de Puerto Plata y posteriormente la de
Samaná. El Poder Ejecutivo, además, había contratado en Europa el
levantamiento de una gran planta petroquímica y una refinería de
petróleo en la comunidad Salinas, de Barahona.
El gobierno de 1963
tenía bien claro lo que se tenía que hacer para encarrilar a la nación
por los caminos del progreso y el desarrollo. Convencido de eso el
Presidente Bosch quería contar con los auspicios de la firma Kaiser
Corporation, con el fin de impulsar un plan encaminado a electrificar
totalmente al país.
Esa gestión gubernamental, segura de que el
país iba a necesitar mucha energía a los fines de poner en práctica su
programa de desarrollo industrial, dispuso la multiplicación de la
producción de ésta por 5 ó 6 y la construcción de las presas e
hidroeléctricas de Taveras y de Valdesia.
Esas obras y el
acueducto Valdesia-Santo Domingo, para cuya ejecución –conjuntamente con
otras obras- el gobierno había obtenido un préstamo de 150 millones de
dólares, procuraban resolver el problema de agua de la Capital, irrigar
unas 580 mil tareas de tierras productivas y mejorar unas 800 mil tareas
más, las cuales tendrían una producción mínima asegurada de 32 millones
de pesos al año.
Asimismo, las dos presas en conjunto producirían
un total de 257 millones al año de kilovatios-hora de energía
eléctrica, lo que generaría a su vez un incremento de 9 millones de
pesos al año al estado dominicano, conforme con los diarios de la época y
el libro ¿Cómo fue el Gobierno de Juan Bosch? Del licenciado Félix
–Felucho- Jiménez.
Bosch asumió el Poder el 27 de febrero de 1963,
encontrando al pueblo dominicano sumido en un estado de miseria general
alarmante. Promulgó una Constitución de las más modernas y avanzadas de
la época.
Siguiendo con el aspecto energético, el gobierno de
Bosch dio inicio a principio de junio de 1963 a los trabajos de lugar
para llevar la energía eléctrica a Montecristi. Con mucha anterioridad
habían arrancado los de Nagua y otras localidades.
Empeñado en
garantizarle agua de buena calidad a la población, a parte del acueducto
Valdesia-Santo Domingo (que 30 años después fue que vino a
construirse), el Presidente Juan Bosch dispuso a principio de su gestión
el levantamiento de varios acueductos urbanos y 300 rurales.
El
24 de junio anunció estudios tendientes a aprovechar las aguas del río
San Juan y otras fuentes de la zona sureña; en julio instaló las bombas
necesarias para abastecer de agua potable a Santiago y Moca; y en agosto
de 1963 ordenó la construcción del acueducto de La Romana, y un
alcantarillado en los sectores Ozama y María Auxiliadora, de Santo
Domingo.
En el área agropecuaria, en tan sólo 6 meses el gobierno
de Bosch recuperó cerca de 500 mil tareas de tierras que habían
pertenecido al dictador Rafael Leonidas Trujillo y sus allegados y un
promedio de 1.513 familias campesinas fueron beneficiadas con 95 mil 950
tareas de terrenos, según los periódicos citados.
A principio de
1963 Don Juan ordenó realizar un estudio sobre las aguas del río Yuna
para impulsar la agricultura en seis provincias de la parte Norte del
país y en un municipio del Este; en marzo garantizó que se pusieran en
condiciones de producir unas 40 mil tareas de tierras en Nagua y otras
347 en Azua; en mayo, a través del Ministerio de Agricultura, inauguró
en La Vega la tercera Agencia de Extensión Agrícola, y se vacunaron
millares de cerdos a nivel nacional contra el “cólera porcino;” mientras
que en agosto dispuso la construcción de 300 pozos para mojar unas 200
mil tareas en la finca el Sisal, en Azua; y en septiembre el Banco
Agrícola anunció la construcción de un gran almacén en Baní para
depositar la cosecha de varios productos.
Fueron notorias las
acciones emprendidas por las autoridades por mejorar y elevar la
producción agrícola, avícola, porcina, bovina y pecuaria de la República
Dominicana.
El gobierno de 1963 también se esforzó por
garantizarle viviendas seguras y adecuadas a los dominicanos y en ese
caso había llamado a concurso para dar inicio al novedoso proyecto de
construcción de las Villas de la Libertad, que serían concentraciones de
200 ó 300 casas para campesinos.
A parte de otorgárseles las
viviendas –que serían entregadas en su primera etapa a personas que
trabajaran en las zonas cañeras-, a cada familia campesina que resultara
favorecida se les iban a entregar 100 tareas de tierras para que la
labrasen y, así, aparte de contribuir con el aumento de la producción
agrícola, se pudieran ganar su sustento.
Independientemente de las
Villas de la Libertad, en abril el gobierno proyectaba levantar un
complejo habitacional de 5.000 casas con fondos del Estado, de los
propios beneficiarios y del Banco Interamericano de Desarrollo (BID); y
en mayo entregó 10 viviendas tipo doble a igual número de familias
humildes en Pedernales, zona fronteriza.
En agosto, el Presidente
Bosch hizo entrega, el día 15, de unas 200 casas en el ensanche
Libertad, en Santiago; el 18 recibió un total de 300 solares que les
donó el Ayuntamiento de la Capital al gobierno para construir cientos de
viviendas en la barriada de Los Mina, y el día 27 del mismo mes anunció
el levantamiento de unas mil 400 del tipo dúplex.
En el último
mes de gestión de Bosch, el gobierno entregó 20 viviendas en Dajabón y
unas 100 en San Pedro de Macorís a familias humildes; repartió 14 casas
del tipo X doble entre 14 familias que ocupaban el edificio de la
escuela Paraguay, y ocho días antes del golpe de Estado contemplaba
desarrollar proyectos habitacionales en Guerra, Distrito Nacional;
Cabrera, Madre Vieja y Palenque, en San Cristóbal; El Palmar de Ocoa y
Matanza, en Peravia; Juma, en Bonao; La Guajaca, en Montecristi; y
Cajilla, en Santiago de los Caballeros.
El fatídico golpe de
Estado contra el gobierno de Don Juan tronchó el levantamiento de una
serie de obras de infraestructura en todo el ámbito nacional, entre las
que figuraban puertos, muelles, puentes, carreteras, reformas al
ferrocarril que cubría la ruta San Francisco de Macorís-La vega y
Sánchez; edificios de correos y telecomunicaciones; mataderos
industriales en Santiago y San Pedro de Macorís, cementerios y otras que
aparecen detalladas en los diarios de entonces.
En el campo de la
educación los aportes hechos por Bosch no pudieron ser mejores. Se
preocupó sobremanera por organizar la escuela dominicana y convertirla
en una empresa formadora de hombres y mujeres nuevos, de restaurar los
valores culturales perdidos y de acabar con el analfabetismo.
Don
Juan fue el ideólogo de la instauración de las escuelas vocacionales en
la República Dominicana, para lo cual procuró que arribaran al país unos
100 técnicos o artesanos mexicanos que les enseñaran a la juventud
dominicana los que ellos sabían.
En esa tónica, el jefe del Estado
dominicano contempló instalar aulas-talleres de artes industriales y de
economía doméstica en la parte Oriental de la nación; el 14 de julio
dejó inaugurada, en la Feria ganadera, la escuela vocacional para la
capacitación de mecánicos diesel y electricistas.
De igual manera,
el 20 de agosto dispuso el inicio de un plan para adiestrar a 25 mil
obreros, la instalación de seis escuelas de formación laboral y el
arranque de un programa de educación y becas con miras a formar
bachilleres y profesionales en el campo de la ingeniería mecánica,
industrial, eléctrica y de minas, así como en la administración de
empresas, contabilidad, geología y química.
También en el área
educativa, el gobierno de Bosch acogió oficialmente publicar las obras
literarias de los escritores nacionales, aumentó el sueldo a los
maestros rurales de 90 a 100 pesos mensuales, dispuso, el 18 de mayo, la
construcción de un nuevo local que aloje la escuela Prebístero Carlos
Nouel, de Sabana Grande de Boyá; anunció, el 23 de agosto, el desembolso
de 240 mil pesos para el levantamiento de un nuevo local de la escuela
República de Paraguay; y a principio de septiembre inauguró cuatro
nuevos centros escolares en San Francisco de Macorís y Cabrera.
En
el aspecto de salud, los logros obtenidos fueron kilométricos. En
marzo, abril y septiembre se vacunaron 709, 341 niños contra la
poliomielitis en la Capital, San Francisco de Macorís y otras
poblaciones del país; en abril se procedió a vacunar 2, 500, 000
dominicanos contra la viruela y a desarrollar un operativo médico
tendente a beneficiar a 150,000 personas en San Cristóbal y localidades
aledañas.
Asimismo, el gobierno dispuso la construcción y
equipamiento de una serie de hospitales y otras obras en el campo de la
salud, entre las que se destacan un centro de salud en Puerto Plata, que
fue inaugurado el 6 de abril; un moderno hospital del Seguro Social en
San Cristóbal, el cual se inauguró el primero de mayo; un consultorio
médico en la planta de la Corporación Dominicana de Electricidad ubicada
cerca del río Ozama; y la rehabilitación del Banco Central de Sangre.
El
gobierno de 1963 había anunciado la construcción de un hospital para
personas afectadas de tuberculosis y una maternidad, donde recibirían
atenciones las esposas de los asegurados; el levantamiento de modernos
centros de salud en Barahona, San Pedro de Macorís, La vega, Puerto
Plata, Moca, Montecristi y otras ciudades, así como la reconstrucción
del hospital de San José de Ocoa.
En lo que respeta a la
preservación de los recursos naturales, del gobierno de Bosch se
recuerda que el 10 de abril dispuso la creación de una Policía Forestal y
la suspensión de las talas de arboles.
Fue una gestión
extraordinaria, donde florecieron la democracia, la libertad y el
progreso del pueblo dominicano. Un digno ejemplo a imitar.
Ahora,
52 años después del derrocamiento del gobierno presidido por el padre
auténtico de la democracia dominicana y más grande pensador social
dominicano de todos los tiempos, su Partido: el de la Liberación
Dominicana (PLD), lleva 15 años dirigiendo de manera eficiente los
destinos de la nación y garantizando el crecimiento económico y la
modernidad de la nación.
Con ello se cumple lo que Bosch siempre
decía, en el sentido de que: “Si no puedo ver por mí mismo la liberación
de este pueblo, la veré a través de mis ideas”. O esta: “Nadie se muere
de verdad si queda en el mundo quien respete su memoria”.
Actualmente,
el Partido de Bosch, se perfila favorito para ganar con más de un 67%
las elecciones presidenciales, congresionales y municipales pautadas
para el año 2016 y un apunte histórico a tomar en cuenta es que ira
aliado con el Partido Revolucionario Dominicano (PRD), el cual fue
fundado por el Padre de la Democracia dominicana y Símbolo de la
Dignidad Nacional en 1939 y con el cual llegó justamente al Poder en
1963.
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